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Yucatán

El celular, obsesión y distracción

Ariel Sánchez Gómez

Un instrumento de gran utilidad para la comunicación inmediata, que no sólo acorta distancias, sino que además nos informa en el momento preciso, de lo que sucede en el mundo entero.

Desafortunadamente le hemos dado otro giro a su uso y además, hemos dejado que manipule nuestras acciones u otras veces, lo hemos mal utilizado para sacar ventaja de algunas situaciones.

Lo menos que nos ha propiciado por estar absortos en una conversación, es que caminando choquemos con algo o alguien, caer a una fosa, nos pasen a atropellar por cruzar la calle sin fijarnos, nos pasemos de nuestro destino, etc.

Lo peor es propiciar un accidente por ir mandando mensajes o porque se nos cayó el celular a los pies y tratar de levantarlo, arrollar a una persona por la misma distracción, salirte de la carretera, pasarte altos en discos o semáforos, privar de la vida a un transeúnte.

La OMS dice que la distracción en la conducción es un importante factor de riesgo de accidente de tránsito. Estudios realizados en distintos países indican que el porcentaje de conductores que utilizan el teléfono celular mientras conducen, ha aumentado de un uno por ciento a un once por ciento en los últimos cinco años. Se ha comprobado que los conductores que realizan esta acción mientras manejan, corren un riesgo mayor a un cuatro por ciento de verse involucrados en un accidente. Es la tercera causa de accidentes en el mundo.

En Yucatán, la infracción por manejar e ir hablando o mandando mensajes por celular será de entre 844.90 a 1 689.80 pesos.

Lo grave de proporcionar un aparato celular a un menor de edad es que éste caiga en páginas inadecuadas, pornografía, retos peligrosos, gente mal intencionada, etc. Se han detectado casos de abuso sexual a niño, manipulados desde un celular y atraídos a otros lugares sin que sus padres se enteren; suicidios de jóvenes y niños inducidos por gente enferma que utiliza las redes sociales para descargar sus frustraciones.

Se ha concluido que jovencitas asediadas o chantajeadas a través de las redes sociales han sufrido abusos o han caído en el suicidio por no soportar esta carga emocional y no tener confianza en sus padres.

En la actualidad los padres de familia les proporcionan un celular con internet a los hijos, porque lo han tomado como un recurso distractor, de entretenimiento o como una manera de no complicarse la existencia, respondiendo interrogantes que muchas veces los ponen en aprietos, sin pensar que los exponen a situaciones de peligro.

Chantajes, secuestros, asaltos y asesinatos son manejados desde un celular por delincuentes dentro y fuera de un CERESO, se habla de vinculación o complicidad de empleados de instituciones bancarias, empresariales o de las mismas casas habitación de los afectados.

Alguien dijo que la tecnología y sobre todo, los celulares, en vez de unirnos, nos separó cada día más, se cortó la comunicación, el diálogo se perdió, la unión se fracturó y la difamación, la mentira y el desprestigio, tomaron auge bajo el disfraz y el escondite de páginas falsas, con gente ruin.

La tecnología tiene fines y propósitos de gran beneficio, son creadas para simplificar muchas funciones que requieren prontitud, veracidad, eficiencia, si se quiere agregar también comodidad del usuario. Utilicémoslo con ese objetivo, pongamos candados de acceso a los menores, vigilemos su buen uso en la familia, recalquemos que somos nosotros quienes lo utilizamos y no ellos a nosotros, cuidemos de usarlo en el lugar y el momento adecuado. Recordemos que pudimos haberlo evitado, pero lamentarnos no será la solución.

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