Con carencias y abandono viven numerosas familias de la comisaría meridana de San José Tzal, ante la apatía, desidia y falta de interés del Ayuntamiento de Mérida, en especial del alcalde Renán Barrera Concha.
Solo basta recorrer algunas calles para constatar la situación que prevalece, sobre todo aquellas zonas periféricas de esa comisaría que, a pesar de pertenecer a Mérida y estar casi a “tiro de piedra” de la ciudad, viven en el olvido.
La calle 22 entre 15-C y 17 es un ejemplo. Ahí nos encontramos a Santos Chi Cetina y a varios vecinos más quienes relataron las carencias y la falta de interés, tanto de la comisaria municipal Azucena Chan, así como del Ayuntamiento de Mérida, para pavimentar esa calle como para dotarla de alumbrado público.
El señor Santos Chi mencionó que desde hace varios años se han metido solicitud tras solicitud para la pavimentación, ya sea de la calle 22 y la calle 15, las cuales a simple vista son intransitables, están llenas de lajas, desniveles, agujeros que se inundan; en esta temporada de lluvias los niños tienen que caminar esquivando charcos y lodo, así como cuidándose de las alimañas por la maleza crecida.
Leonor Chi es otra de las vecinas que manifestó que debido al estado de las calles los mototaxis no entran a dar servicio ni recogen pasaje en el lugar; las familias, los niños tienen que caminar unos 500 metros hasta salir a la carretera para que puedan abordar un mototaxi que los lleve a la escuela, además de los abusos en las tarifas que cobra los mototaxistas, que en ocasiones piden 20 pesos por acercar a los pasajeros a las calles malas.
Sobre la calle 15 está la casa de la señora Alba Góngora, quien explicó que dicha vía, además de estar en pésimo estado intransitable y a duras penas se puede caminar en ella, carece de adecuada iluminación, el agua potable no llega, tampoco la energía eléctrica; ella carece de esos servicios y todo porque la calle no está pavimentada.
La CFE me informa que no pueden darme electricidad por que solo ellos tienden hasta 30 metros de línea después del poste; yo estoy a 40 metros y no llega, se requiere un poste más y se ha solicitado a la comisaria y al Ayuntamiento la pavimentación de la calle y no han hecho caso, externó.
El servicio de energía eléctrica en esta comisaría es un desastre pues frecuentemente se va la luz en ocasiones por lapsos de dos días; vivir en la calle 22 entre 15-C es sobrevivir.
Santos Chi Cetina mencionó que llevan años muchos pidiendo calles pavimentadas pero no les hacen caso ni la comisaria ni el Ayuntamiento, por lo que ya no saben a quién recurrir.
La presencia de monte permite la proliferación de moscos, el ayuntamiento no fumiga el lugar por la calle mala y los vecinos sufren las picadas de insectos. Hay familias que no fueron beneficiadas con pies de casa y sus pocas pertenencias están casi a la intemperie.
Nuestro entrevistado dijo que hay una mujer que vive en una casa de palos y techo de plástico; ella sale desde las 5 de la mañana y regresa en las tarde-noche, solo va a dormir; para librarse de los moscos quema azúcar y los vecinos cuidan sus pertenencias cuando no está.
En la calle 17, que es la que va al cementerio, también hay familias que viven en medio de carencias de urbanización; todos coincidieron en que no entran los mototaxis, abundan los moscos, culebras, las calles se inundan y es imposible caminar en medio de agujeros, piedras y tierra mientras que la comisaria y la comuna meridana nada hacen por el bienestar de los vecinos
(José Manrique)