Pilar Faller Menéndez
Muchas personas padecen el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) que se manifiesta por tener una alguna obsesión hacia ciertas cosas que muchas veces encontramos divertidas o sui generis. Este es un tema que se ha incluido en muchas películas cuyas personas que representan este síndrome, causan risa por las extrañas manías que presentan.
Identificar a una persona que padece del TOC no es nada difícil, ya que desgraciadamente éstos sufren de ansiedad cuando algún acontecimiento rompe la armonía que buscan desesperadamente, y que muchos lo consideran como una nimiedad, como el no poderse resistir a dejar una cama en la cual ha quedado un lado más largo, o cuando la punta de un lápiz no se encuentra debidamente afilada, o bien, cuando no pueden conciliar el sueño sin antes checar que las puertas de su clóset estén perfectamente cerradas, o que la secuencia de las formas simétricas de unos mosaicos tenga alguna falla, es una muestra de cómo altera la calma de estas personas.
Este trastorno es aceptado en la sociedad y muchas veces, la persona que lo padece, recibe bromas acerca de sus obsesiones, como el mantener un orden perfecto en las cosas, o tener un armario en el cual la ropa que se cuelgue mantenga la misma distancia con la otra, o bien que ésta tenga que ser clasificada por colores.
Tan peculiar resulta este comportamiento, que el séptimo arte no lo ha dejado pasar inadvertido, por lo que es común que alguno de los personajes se presente con obsesiones y compulsiones que nos resultan graciosas, y que no implican una burla, porque más que síndrome podemos verlo como una persona que tiene manías y obsesiones peculiares, aunque hay que tomar en cuenta que al sacarlos de su zona de confort al alterar el orden que deben mantener, les genera mucha angustia.
No puede pasar inadvertido cuando alguien no puede concentrarse en una conversación o en su trabajo, si algún cuadro colgado en las paredes no se encuentra perfectamente alineado, o mantener el escritorio en un orden perfecto, o aquellas personas que no pueden salirse de su rutina diaria por el ruido mental que les produce y altera.
Los que padecen del TOC han sido retratados en múltiples películas y series. Una película protagonizada por Jack Nicholson que muchos recuerdan ya sea por el título en español “Mejor Imposible” o en inglés “As good as it gets”, que se estrenó en 1997, Nicholson interpreta a un escritor llamado Melvin Udall, quien escribe novelas románticas, pero que entre las muchas manías que tiene es la de no poder pisar las grietas de las aceras, o que antes de ponerse los zapatos necesita tocar el piso un determinado número de veces, el cual no puede variar. Al cerrar su casa, debe revisar varias veces el haberlo hecho, hasta que pueda sentirse satisfecho. Los psicólogos o psiquiatras definirían a este personaje como un perfecto ejemplo de este trastorno. Otro filme español llamado “TOC”, una comedia que pude mostrarnos las diversas manías que un grupo de personas padecen.
Las series televisivas tampoco se han quedado atrás. En la serie Monk (2002-2009) el protagonista, Adrian Monk, tiene por ocupación resolver homicidios y su metodología deja estupefactos a los policías de San Francisco. Su TOC es su herramienta principal, ya que analiza pequeños detalles que una persona común no percibiría, como un cajón que se encuentra mal cerrado, polvo nuevo sobre una mesa, un diminuto rasguño en el piso de una habitación, lo cual lo delata como una de las tantas personas obsesivo-compulsivas.
Es una gran verdad que todos en cierta medida tenemos nuestras obsesiones y nuestras manías, por lo que podríamos tener un cierto grado de TOC y no saberlo. Aunque éste es definido como un patrón de pensamientos y miedos irracionales que pueden llamarse obsesiones, los cuales producen comportamientos repetitivos que son las compulsiones, y que tanto las obsesiones como las compulsiones muchas veces interfieren en nuestras actividades diarias y nos generan angustia.
Algunas veces intentamos ignorar nuestras obsesiones, lo cual hace que aumente nuestra angustia y ansiedad, ya que sentimos la necesidad de realizar actos compulsivos con el fin de aliviar el estrés, a pesar de que éstos vuelven una y otra vez, y a esto se le llama el círculo vicioso del TOC.
Por lo general el TOC se centra en temas determinados como un miedo irracional de contaminarse con gérmenes, lo que puede llevar a la persona a lavarse las manos compulsivamente hasta quedar adoloridas y agrietadas. El TOC probablemente produzca pena y vergüenza en algunas ocasiones, pero su tratamiento puede ser eficaz. Debe diferenciarse el TOC de los síntomas de obsesión o de compulsión que la mayoría de las personas sienten comparadas con el trastorno cuando éstas son excesivas o irrazonables e invertimos más tiempo del normal, lo cual interfiere en nuestra rutina diaria y actividades sociales, y algunas veces hasta laborales.
El TOC por lo general inicia en la adolescencia o juventud, y los síntomas van manifestándose de una manera gradual y la gravedad es variable, y empeora cuando sentimos estrés. El TOC es un trastorno crónico, que puede tener síntomas leves a moderados, o ser tan grave y prolongado que puede llegar a causar incapacidad.
Cuando las obsesiones y compulsiones afectan la calidad de vida de las personas, debe de consultarse a un profesional en salud mental. Probablemente nos quede la duda si padecemos o no del TOC, pero ¿quién no tiene una obsesión o compulsión?