Pilar Faller Menéndez
El Metro de la Ciudad de México, un transporte público que no se da abasto con el número de usuarios
“Voy en el metro, ¡qué grandote,vrapidote, qué limpiote!
¡Qué defer="true"encia del camión
de mi compadre Jilemón
que va al panteón!”.-
Chava Flores
Debido al crecimiento de la población el metro resulta hoy insuficiente para el número de usuarios, por lo que es necesario ampliar este servicio
Para muchos capitalinos el Metro es, probablemente, el transporte público más odiado y querido a la vez, luego que este año se cumplieron 50 de haber comenzado a dar servicio a millones de personas que diariamente lo utilizan como medio de transporte y que, a través de una travesía por las entrañas de la Ciudad de México, llegan a su destino.
El Sistema de Tranporte Colectivo (STC), Metro, informó en 2015 que este medio movió a mil 623 millones 828 mil 642 usuarios, y recorrió 42 millones 620 mil 362 kilómetros. Cifras impresionantes, que en la actualidad deben de estar por arriba, aunque tomando en cuenta su capacidad, tienen un número limitado de usuarios.
Este sistema de transporte público, el más extenso de América Latina, actualmente cuenta con 195 estaciones distribuidas en 12 líneas, las cuales van hacia todos los puntos cardinales de la Ciudad y del Estado de México. Sin embargo, de las 195 estaciones hay unas que cuentan con más afluencia, y son las que mueven más usuarios diariamente.
Según datos de la SCT, los cuales fueron actualizados en 2017, la estación Zócalo, de la Línea 2, mueve a 71,391 pasajeros diariamente; la estación Universidad, Línea 3, a 85,252; la estación Tasqueña, Línea 2 a 80,542 personas; la estación Observatorio, Línea 1, a 84,017; la estación Constitución de 1917, Línea 8, a 94,693 personas; la estación Cuatro Caminos, Línea 2, a 118,293, y la estación Indios Verdes, Línea 3, a 125,027. El total de usarios que utilizan este medio de transporte cada día, es de 343 mil 877 pasajeros. El costo es sumamente accesible, ya que dependiendo de la ruta, el costo de este servicio es de 5 pesos, y el gobierno subsidia 5 pesos, por lo que están pensando elevar el costo a 13 pesos, aunque todavía no se ha tomado esta decisión. Quienes adquieren tarjetas prepagadas para el acceso a este transporte, obtienen un precio más económico.
Aunque el metro de la Ciudad de México fue creado para dar servicio a 3 millones de personas, presenta un sobrecupo de 2.5 millones de usuarios, motivo por el cual muchos usuarios se quejan de un mal servicio, pero el protagonismo en la vida diaria de los capitalinos es innegable. El Metro, más allá de ser un medio de transporte, es toda una institución.
Años antes el Metro se veía solamente como una promesa del futuro, un anhelo de llegar a la modernidad. Hoy en día resulta difícil imaginar a la Ciudad de México sin Metro, al igual que Paris sin Le Métro, o Londres sin el Underground, o Nueva York sin el Subway. La obra de esta magnitud que se realizó en México, tanto por los esfuerzos económicos, políticos y hasta sociales, tuvo como antecedente una tesis universitaria.
Registro vagos y poco documentados de 1958 aconsejaban que se construyera un monorriel para la ciudad, aunque posteriormente, el crecimiento de habitantes y usarios de automóviles originó la necesidad de que el trasporte público se fortaleciera. Motivo por el cual, la administración del presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) tomó con fuerza la idea de construir un medio de transporte que tuviera la magnitud de atender la demanda de moverse en la que ya era desde entonces una metrópoli congestionada.
Desgraciadamente el proyecto solamente quedó en buenas intenciones, ya que se consideró económicamente inviable, por lo que en su lugar se comenzó la construcción del Periférico, lo cual fue causa posterior de polémica, ya que en vez de apostar por un medio de transporte colectivo, se decidió dar impulso a las vías rápidas, favoreciendo la circulación de los automóviles.
Desgraciadamente ese apoyo no resultó suficiente, ya que la ciudad seguía creciendo, así como el número de automóviles, y las calles de la ciudad terminaban colapsadas con más frecuencia, pero no con la intensidad enfermiza como ocurre actualmente. Fue entonces cuando la administración decidió hacer la inversión millonaria para hacer frente a una necesidad urgente que ya no podía ignorarse.
Después de años de investigación para que se concretara un proyecto viable y solvente en su infraestructura, su construcción también respondió a componente social, por lo que al ser México el anfitrión de la Olimpiada 68 y para demostrar la bonanza que se vivía en el país, el Metro sería muestra tangible de progreso.
Fue en abril de 1967 cuando el gobierno federal decretó la creación del Sistema de Transporte Colectivo, y el 19 de junio del mismo año, se declararon oficialmente inauguradas las obras del Metro, donde se encuentran las avenidas de Bucareli y Chapultepec, concluyendo así con un arduo proceso de convencimiento que había tenido el ingeniero Bernardo Quintana, quien fuera su impulsor y al empresario de transportes y comunicaciones, como pieza clave para obtener los recursos económicos y mediar entre los gobiernos mexicano y francés.