VALLADOLID, Yucatán, 2 de febrero.- El día de ayer se celebró a la santísima Virgen de la Candelaria, en su santuario ofició la misa de mediodía el Arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega, lo acompañaron los sacerdotes Armín A. Rivero Castillo, párroco de San Servacio, Ernesto Navarrete Yam, párroco de San Bernardino de Siena, y el vicario Juan Pablo Cervera Novelo; en su homilía el Arzobispo dijo lo siguiente:
Muy queridos hermanos sacerdotes, hermanas religiosas, queridos hermanos y hermanas, saludo al C. Presidente Municipal y a su esposa, así como a la Reina de esta fiesta y quisiera que hoy felicitemos a todas las religiosas porque hoy es el Día de la Vida Consagrada y se celebra en todas las iglesias a las madres de la luz y a las madres mercedarias de esta ciudad, felicidades, hermanas, Dios las bendiga, gracias por su entrega.
Hoy se celebra el día de la presentación del Señor y le llamamos Candelaria por las candelas que nos recuerdan la luz que es Cristo, cuando el anciano Simeón tomó al niño en sus brazos dijo cosas muy hermosas de El y entre otros decía luz para alumbrar las naciones y la gloria de tu pueblo Israel, María lo llevó en su vientre, lo siguió llevando hasta que lo acompañó al calvario, María es nuestra señora de la Candelaria, ya que lleva siempre esa luz de Cristo en su corazón como durante algunos meses la llevó en su vientre, porque tenían que ser presentados los primogénitos, en Israel lo mandó Moisés más o menos 1,200 años antes de Cristo y porque lo mandó para recordar que el pueblo de Israel salió de Egipto.
En la noche de pascua antes de salir comieron por familia un cordero y con la sangre del cordero embarraron las orillas de las puertas de sus casas, por eso recuerda que sus primogénitos fueron salvados, los llevaban al templo para consagrarlos pero los rescataban, el Niño Jesús fue presentado, consagrado y rescatado por una ofrenda, el padeció en la cruz el hijo primogénito de Dios, hijo único de María, el primogénito, El no fue rescatado de la Cruz, dio su vida para redimirnos a todos nosotros.
Aprendamos de María que fueron a cumplir con la ley de Moisés, no esperaban el encuentro con Simeón y Ana, pasando desapercibido entre la multitud, pero porque ellos dos vinieron porque creían y esperaban como muchos de Israel la venida del mesías, quizá nadie como ellos esperaba con tanta perseverancia y ansia.
Veamos el caso de Ana que vivió 7 años de casada, de joven enviudó y se quedó en el templo hasta los 84 años sirviendo al Señor día y noche con ayunos y oraciones, cuántos no le regalan al Señor una hora a la semana y a regañadientes lo cumplen y cuántos ni siquiera lo cumplen, vean como Ana es una mujer extraordinaria en su entrega generosa al Señor, igualmente un hombre lleno del Espíritu Santo, todos hemos recibido al Espíritu Santo en nuestro bautismo, en nuestra confirmación.
(Manuel Vázquez Rivero)