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Yucatán

En Yucatán, el 71.4% de las mujeres de 15 años o más ha vivido algún tipo de violencia

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares revela la incidencia de violencia a las mujeres en Yucatán.

El 71% de las mujeres en Yucatán ha sufrido agresiones; seis feminicidios en el año confirman la crisis
El 71% de las mujeres en Yucatán ha sufrido agresiones; seis feminicidios en el año confirman la crisis / Especial

Cada 25 de noviembre, el país se pinta de morado para recordar que la violencia contra las mujeres no es una efeméride, sino una herida que atraviesa generaciones.

En Yucatán, un estado que suele presumirse como “el más seguro de México”, las cifras cuentan otra historia: una realidad cotidiana donde miles de niñas, adolescentes y adultas conviven con el miedo, el silencio y la desprotección institucional.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), elaborada por el Inegi, retrata con crudeza lo que no siempre se quiere aceptar. En Yucatán, 71.4% de las mujeres de 15 años o más ha vivido algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Son siete de cada diez yucatecas.

El dato es aún más alarmante cuando se observa que 44.9% sufrió violencia en los últimos 12 meses, una proporción que rebasa el promedio nacional.

Sin embargo, hay historias que no llegan a las estadísticas oficiales, porque muchas agresiones no se denuncian, no se investigan, o simplemente quedan sepultadas en la vida doméstica. La entidad puede presumir bajas tasas de denuncias o pocas llamadas al 911; sin embargo, eso revela más la desconfianza institucional que una ausencia de violencia.

Diversas formas

La violencia sexual es una de las más extendidas: la mitad de las mujeres en Yucatán será víctima de agresión sexual en algún momento de su vida, según los datos del Inegi. No se trata de una tendencia aislada: se vincula con otras formas de hostigamiento que se reproducen en distintos espacios.

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En la última medición, 45% de las mujeres reportó haber sufrido violencia física en el último año, una cifra que desmonta cualquier idea de tranquilidad doméstica.

Las aulas, tradicionalmente vistas como espacios seguros, tampoco escapan a este fenómeno. Tres de cada diez mujeres vivieron violencia escolar, y casi una cuarta parte la padeció apenas en el último año. En este ámbito, Yucatán tiene uno de los porcentajes más altos del país, con un dato que inquieta: 47% identificó a un compañero de la escuela como su agresor.

En el trabajo, el panorama no mejora. 27% de las yucatecas ha sufrido violencia laboral, y una proporción significativa reportó hostigamiento o agresiones físicas y sexuales en oficinas, comercios o centros de servicio.

Y en el espacio público –calles, paraderos, parques– 65% de las mujeres identifica a un desconocido como agresor, lo que refuerza la sensación de vulnerabilidad en ciudades que se presumen “tranquilas”.

El silencio más profundo

El hogar, que debería ser un refugio, también puede convertirse en el lugar más peligroso. El 11% de las mujeres sufrió agresiones familiares en el último año, una proporción por encima del promedio nacional. Pero la cifra más devastadora se encuentra en las relaciones de pareja: 45% de las yucatecas que han tenido una relación afectiva fue violentada por su pareja, y casi una de cada cuatro lo vivió en el último año.

Esto posiciona al estado entre las entidades con mayor prevalencia de violencia de pareja en México.

Infancias vulneradas, círculos que se repiten

La violencia hacia las mujeres no inicia en la adultez. Según la misma encuesta, 46% de las mujeres en Yucatán vivió algún tipo de violencia antes de los 15 años. Es decir, casi la mitad de las niñas crece en entornos donde la agresión es parte del día a día. Muchas de esas violencias –física, psicológica o sexual– provienen de personas cercanas: familiares, vecinos, figuras de autoridad. Estudios recientes advierten que estas experiencias se correlacionan con mayor probabilidad de sufrir violencia en relaciones afectivas adultas, perpetuando un ciclo difícil de romper.

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Feminicidios: la expresión más extrema

Entre 2015 y 2023, Yucatán registró 53 feminicidios, una cifra que crece lentamente pero que evidencia una violencia letal persistente. En 2024 se reportaron siete feminicidios, y hasta septiembre de 2025 ya se contaban al menos seis mujeres asesinadas en circunstancias vinculadas a violencia de género.

Eso significa que, en promedio, una mujer es asesinada cada 36 días en la entidad. La cifra explica por qué organizaciones de mujeres insisten en que Yucatán no es una excepción, sino parte de una crisis nacional.

La brecha entre la ley y la realidad

México cuenta con leyes pioneras para proteger a las mujeres: tipos penales de feminicidio, órdenes de protección, procesos de divorcio más accesibles, entre otros. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que las reformas legales, por sí solas, no han logrado reducir los feminicidios. El problema es más profundo: tiene que ver con la falta de prevención, la impunidad, la normalización de las violencias, y los vacíos institucionales en atención, justicia y seguimiento.

En Yucatán, los refugios y centros de atención operan con recursos limitados. Muchas mujeres que buscan ayuda terminan huyendo con sus hijas e hijos, sin garantías plenas para reconstruir sus vidas.

La Red Nacional de Refugios estima que miles de mujeres y sus menores pasan por estos espacios en el país cada año, y el estado no es la excepción.

Los datos muestran una violencia profunda que se vive en todos los rincones del estado, desde el centro de Mérida hasta comunidades del sur. Las organizaciones insisten en que es urgente fortalecer las denuncias, mejorar la respuesta institucional, invertir en educación de género desde la primera infancia, y garantizar que la justicia deje de ser una promesa incumplida.