Comunidades mayas protestan en Chichén Itzá por la destrucción del patrimonio y vestigios prehispánicos

Más de 100 personas de ocho comunidades mayas se reunieron en la Zona Arqueológica de Chichén Itzá para protestar contra el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al que acusaron de permitir que empresas destruyan patrimonio y vestigios prehispánicos de alto valor cultural y espiritual.

Los manifestantes señalaron que la institución ha sido cómplice al omitir su principal obligación: proteger, conservar y recuperar el patrimonio arqueológico, histórico y paleontológico de la nación.

El motivo principal de la protesta fue la destrucción de vestigios en el sitio arqueológico Tzemé, en Kinchil, donde la empresa avícola Crío realizó obras a menos de 700 metros de la pirámide principal. Los inconformes responsabilizan al INAH, que sólo colocó un sello de suspensión sin evitar los daños. En el informe presentado ante la demanda de amparo del Consejo Comunitario de Kinchil, el INAH admitió haber dado su visto bueno a la obra y negó la existencia de vestigios; actualmente asegura estar realizando una investigación interna.

La comunidad de Santa María Chí denunció que la misma empresa destruyó basamentos en San Nicolás, Santa María Chí y Tixkokob, y que el INAH no intervino, alegando que habían sido destruidos hace décadas.

Durante la manifestación, que reunió a habitantes de Dzitnup, Ixil, Kinchil, Molas, Santa María Chí, Sisal, Caucel y Yaxkukul, se colocó simbólicamente una corona fúnebre en la entrada de Chichén Itzá. Federico May, del Consejo Comunitario de Kinchil, declaró: “Estamos de luto por la destrucción de Tzemé; el INAH ha permitido esta devastación y no ha protegido lugares que nuestra comunidad ha cuidado por generaciones”.

Tras la protesta, los organizadores se trasladaron a Dzitnup para planificar acciones conjuntas en defensa del territorio y patrimonio cultural.