La enorme fe que muchos creyentes profesan a los Reyes Magos en numerosas ocasiones se traduce en lo que consideran verdaderos milagros, tal como lo relató Dominga Un Canul, una mujer que cada año cumple con su promesa de apoyar en la elaboración de los alimentos para recibir a los invitados al inicio de las fiestas patronales.
Con lágrimas en los ojos, recordó el inesperado accidente que vivió hace siete años, el cual marcó profundamente su vida.
Explicó que sufrió un grave percance cuando intentaba remojar un pavo que aún no había muerto por completo; durante el aleteo, el animal provocó que el agua hirviendo le cayera en el abdomen, ocasionándole severas quemaduras.
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Relató que, tras el incidente, acudió de inmediato al baño y al descubrir la gravedad de las lesiones decidió aplicar cal viva en la zona afectada. Posteriormente, se encomendó con profunda fe a Gaspar, Melchor y Baltasar, pidiéndoles su sanación. Aseguró que, pese a la gravedad de las heridas, al poco tiempo comenzaron a cicatrizar, lo que ella considera un verdadero milagro, ya que no fue necesario acudir con un médico, pues dijo que Dios escuchó sus súplicas.
Desde entonces, su fe hacia los Reyes aumentó considerablemente, al grado de que cada año asiste puntualmente para apoyar en las labores de preparación de la comida. Actualmente, comparte estas tareas con sus hijas, quienes la acompañan y respaldan en el cumplimiento de su promesa.
Dominga Un Canul, originaria de la población de Calotmul, señaló que los patronos son milagrosos, pero que es necesario pedir con mucha fe, pues aseguró ser testigo de las múltiples bendiciones que ha recibido en su hogar.