Don Isidro Dzul, de 103 años, es una de las personas más longevas del municipio de Hunucmá y, con una lucidez admirable, compartió al POR ESTO! su historia y los secretos, que, aseguró, le han permitido alcanzar una larga vida.
Don Isidro camina erguido, escucha con atención y no pierde detalle alguno de la conversación. Relató que nació en Hunucmá el 15 de mayo de 1922, por lo que espera celebrar próximamente 104 años de vida, rodeado del cariño de sus hijos e hijas.
Dijo que contrajo matrimonio con Romina Perdigón, con quien procreó 12 hijos; lamentablemente cuatro han fallecido, mientras que ocho aún viven, entre hombres y mujeres, todos radicados en esta misma comunidad. Actualmente, reside en su domicilio ubicado en la calle 7 entre 22 y 24 de la colonia Itzimná, acompañado de sus descendientes Reina y Winda.
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Siempre sonriente y de excelente humor, recordó a personajes destacados de Hunucmá que conoció a lo largo de su vida: en la música, a los hermanos Ermilo y Priscil Ceballos; en la política, a Eduardo Quintal Solís y Aquileo Quintal Pech, padre e hijo, ambos expresidentes municipales; en el deporte, a Delio El Grillo Ceballos y Luis López, en basquetbol y beisbol, respectivamente; en las artesanías, a Paula Quintal Ceballos, así como a Rolando Quintal Ceballos, primer técnico electrónico de la población, quien actualmente cuenta con 98 años de edad.
Durante la amena plática, sentado cómodamente en su hamaca, don Isidro reflexionó sobre los cambios que ha vivido Hunucmá a lo largo de los años. Señaló que, en su juventud, la zona habitada apenas llegaba a la esquina de la 26 con 25, a sólo tres cuadras del Centro, y que los vehículos eran escasos: “tal vez una o dos motos en todo el pueblo”, recordó.
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Ya en confianza, don Isidro dijo: “La verdad, el secreto para una larga vida es la combinación de varios elementos esenciales: el trabajo, la buena alimentación y mantenerse lejos de los vicios”, aseguró.
Explicó que desde joven trabajó en el campo, especialmente en el corte de pencas de henequén. En cuanto a la alimentación, destacó las comidas a base de calabaza, ibes, frijol y, sin faltar, el pozole elaborado con maíz.
Finalmente, don Isidro aprovechó el espacio para enviar un mensaje a la juventud: “Pórtense bien, respétense a sí mismos y a los demás, aléjense de las adicciones y de todo lo malo de este mundo, que también tiene muchas cosas buenas que debemos saber disfrutar”.