En el corazón de la emblemática Casa Museo Montejo 495 en la capital del estado, una estructura imponente desafía las tradiciones decorativas convencionales y rinde tributo a la historia económica y cultural de Yucatán. Se trata de un árbol navideño elaborado íntegramente con fibra de henequén, una pieza única en su tipo que es el resultado del ingenio y la destreza de doña Celsa Iuit Moo, originaria del municipio de Xocchel y reconocida como una de las más grandes guardianas del arte popular mexicano.
Este árbol no es sólo un adorno estacional; es una proeza de la ingeniería artesanal. La estructura alcanza una altura de dos metros y medio y requirió el uso de 12 kilogramos de fibra de henequén procesada. Cada detalle fue cuidado con minuciosidad, integrando un total de 85 piezas decorativas también hechas a mano, que van desde esferas hasta figuras geométricas que resaltan la versatilidad del llamado oro verde.
Doña Celsa Iuit Moo no es una artesana improvisada; es considerada una pionera en Yucatán en la transformación de la fibra natural en objetos de alto diseño. Su trayectoria le ha valido el título de Gran Maestra del Arte Popular Mexicano. A lo largo de su carrera, su talento ha traspasado fronteras y niveles gubernamentales, recibiendo el Premio de la Presidencia de la República durante la administración de Enrique Peña Nieto.
Su fama internacional la ha llevado a ser embajadora de la cultura yucateca, habiendo tenido la oportunidad de convivir con figuras de talla mundial como el expresidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, y la exprimera dama Michelle Obama, ante quienes demostró que las manos mayas pueden convertir una fibra vegetal en piezas de lujo y admiración global.
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Para la creación de este monumental árbol, doña Celsa no estuvo sola. Se trató de un esfuerzo colectivo de la familia Matú Iuit, donde hijos y nietos, quienes han heredado la maestría en el manejo del henequén, se involucraron activamente. Para ellos, este proyecto representó un reto técnico y creativo que puso a prueba las enseñanzas de la abuela.
Don José Matú, hijo de la artesana, compartió la satisfacción del equipo: “Para nosotros, como familia, este árbol es la culminación de años de aprendizaje al lado de mi madre. Ella nos puso el reto de hacer algo que nunca se hubiera visto en una Navidad yucateca. Trabajar 12 kilos de henequén para que se mantengan firmes en dos metros y medio no es fácil, pero ver el resultado aquí en el Paseo de Montejo es un orgullo para Xocchel y para todo el estado”.
Por su parte, Valentina, una de las nietas de doña Celsa que participó en la elaboración de las 85 piezas ornamentales, expresó: “Crecimos viendo a mi abuela recibir premios y viajar, pero lo que más nos inspira es verla hoy, con la misma pasión, diseñando algo nuevo. El henequén es parte de nuestra sangre y este árbol es nuestra forma de decirle al mundo que la tradición sigue viva y que puede ser moderna y elegante al mismo tiempo”.
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La obra se encuentra actualmente en exhibición en Montejo 495, donde visitantes locales y turistas pueden admirar la textura, el aroma y la complejidad del tejido. Esta pieza artesanal única en su tipo no sólo decora un espacio, sino que cuenta la historia de Xocchel y la resiliencia de una familia que ha sabido transformar una industria antigua en una expresión artística contemporánea.
Doña Celsa Iuit Moo, con la humildad que la caracteriza a pesar de sus galardones, sigue demostrando que la verdadera maestría reside en la capacidad de innovar sin perder la esencia. El árbol de henequén es, sin duda, el símbolo de una Navidad auténticamente yucateca que honra el pasado mientras brilla con luz propia en el presente.
