
La comunidad pesquera de Dzilam de Bravo se enfrenta a una creciente amenaza por parte de pescadores foráneos que llegan al puerto con el propósito de depredar especies marinas en veda.
En los últimos días, los habitantes han expresado su preocupación por el aumento de embarcaciones con matrículas foráneas, que arriban al puerto para extraer especies como el pulpo y el pepino de mar, las cuales se encuentran bajo veda.
A través de las redes sociales, los habitantes de Dzilam de Bravo han denunciado la presencia de estas embarcaciones, difundiendo un video en el que se observa una nave anclada a unas tres brazas de la costa, al Noreste del puerto. En el video se puede ver claramente la presencia de ejemplares de pulpo, una especie que se encuentra en veda, así como de un compresor y equipo de buceo utilizado para la captura ilegal de otras especies marinas como el pepino de mar.
Los pescadores locales, al notar la actividad sospechosa, se acercaron a la embarcación y confrontaron a los tripulantes, quienes al ser abordados reaccionaron de manera defensiva.
Según los relatos de los pescadores locales, los forasteros amenazaron con agredirlos en caso de continuar con la confrontación. Ante esta situación, los porteños decidieron alertar a las autoridades federales, quienes se comprometieron a realizar patrullajes adicionales en la zona para evitar que continúen las extracciones ilegales de productos en veda.
Es importante señalar que, en años anteriores, las autoridades prohibieron la captura de especies como el pepino de mar y el pulpo debido al agotamiento de las poblaciones, provocado por la extracción indiscriminada de ejemplares juveniles. La sobreexplotación de estas especies durante meses contribuyó a la disminución de su población y a la interrupción de sus ciclos reproductivos, lo que puso en grave riesgo la sostenibilidad de estas pesquerías en la región.

Noticia Destacada
Mérida se mantiene entre las ciudades más caras del país: la canasta básica cuesta casi 900 pesos
A pesar de los esfuerzos por las autoridades federales para combatir la pesca ilegal, como la incautación de al menos tres sancochaderos (lugares donde se procesa el pepino de mar y otras especies protegidas), los pescadores locales temen que la situación se repita.
Los habitantes de Dzilam de Bravo han advertido que, si no se toman medidas efectivas, podrían recurrir a protestas más radicales, como la quema de embarcaciones.