
En lo que va del año, Yucatán ha registrado un incremento en los contagios por miasis causada por la mosca Cochliomyia hominivorax, parásito conocido como gusano barrenador, que amenaza la salud del ganado y de otros animales en la entidad.
Desde inicios del 2025 y hasta el 10 de junio, se han confirmado 13 casos: 10 bovinos, un ovino y dos perros domésticos, principalmente en ranchos ubicados en Tzucacab y Valladolid, al sur del estado. Estas localidades se suman a Mérida y Halachó, conformando un grupo de cuatro municipios afectados por la plaga, según el último informe de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
El gusano barrenador es un insecto cuyo ciclo parasitario afecta los tejidos vivos de animales domésticos y silvestres, generando graves heridas e incluso la muerte si no se trata a tiempo. Por eso, la detección oportuna y la implementación de acciones sanitarias son vitales para prevenir su propagación.
Mario Esteban López Meneses, director de la Unión Ganadera Regional del Oriente de Yucatán (Ugroy), asegura que, aunque la cifra de casos pueda parecer preocupante, las acciones conjuntas entre ganaderos y gobierno han sido fundamentales para controlar la situación.
“Desde que se detectó el primer caso, establecimos un cordón sanitario de hasta 40 kilómetros en las zonas afectadas. Esto ha permitido contener la plaga y evitar que se expanda a otras regiones del estado”, explica.
Sin embargo, la preocupación persiste. De acuerdo con estimaciones oficiales, en las áreas señaladas hay al menos 462 animales susceptibles a infectarse, por lo que la vigilancia sigue siendo constante.
La Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), en coordinación con Ugroy y el Comité Estatal de Sanidad, lleva a cabo inspecciones periódicas y ha reforzado el uso de tratamientos específicos para erradicar las larvas en el ganado afectado.
En paralelo, el Gobierno federal, a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), ha intensificado la liberación de moscas estériles como método biológico para reducir la reproducción del parásito.
Esta técnica, aplicada en colaboración con la agencia estadounidense APHIS, ha dispersado más de 885 millones de moscas estériles en la región sur-sureste del país, incluyendo la península de Yucatán, desde noviembre de 2024.
Gracias a este esfuerzo conjunto, México ha avanzado en el control del gusano barrenador, aunque el riesgo aún existe en estados como Chiapas, Tabasco y Campeche, donde se concentran la mayoría de los casos a nivel nacional.
En el contexto regional, Yucatán suma 13 contagios, Campeche reporta 214 y Quintana Roo 38. En total, la península acumula 265 casos, situación que mantiene en alerta a las autoridades sanitarias y al sector ganadero.
El impacto económico también preocupa a los productores. Las heridas que provoca el parásito pueden afectar la productividad del ganado, reducir el valor comercial de los animales y generar pérdidas significativas para las familias que dependen de la ganadería como principal fuente de ingresos.