
Personal de la granja de reptiles UMA Chan Aáyin (Pequeño Cocodrilo), en coordinación con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), liberaron a Latozo, un ejemplar macho de un metro con 10 centímetros de longitud de la especie moreletii, que fue decomisado a una persona que intentó comercializarlo, pero ahora se encuentra de vuelta en su hábitat natural.
Así lo dio a conocer Israel Cervantes, biólogo responsable de dicha Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, externando que el cocodrilo se lo intentó vender una persona que acudió a la granja, por lo que sosteniendo una buena charla de concientización la convencieron de que no podía ejercer tal acción, ya que estaba prohibida y no era correcto.

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Expuso que quien le llevó el cocodrilo le dijo que contaba con papeles que le acreditaban este derecho, pues incluso tenía un número de rastreo en una pata trasera, y al solicitárselos dijo que se le perdieron, por lo que se constató que mentía. Posteriormente, lo encontró en su rancho cercano a la playa, por lo que lo orientó a que debía dejárselos para canalizarlo con las autoridades correspondientes y así evitar incurrir en un delito, a lo cual finalmente accedió.
Añadió que el saurio a simple vista se veía débil, y tras su valoración constataron que estaba deshidratado y anémico, por lo que procedieron a su atención, alimentación y cuidados por varios días, recuperándose pronto y logrando que su peso llegara a cuatro kilos.
Al entablar la vinculación con la Conanp, y después de verificar que el cocodrilo se encontrara en óptimas condiciones, además de cambiarle el número de registro, procedieron a reubicarlo en un punto estratégico de un área protegida del tramo Río Lagartos-Las Coloradas, donde Latozo ya es libre.
Destacó que este es un triunfo de concientización, de educación ambiental que tanto requiere la sociedad para no incurrir en el tráfico de especies poniendo vidas en peligro, sobre todo al desconocer las atenciones que deben cubrir para su supervivencia, ya que para esto existen las instancias que se ocupan de sus diagnósticos y tratamientos para luego devolverlos a su hábitat.
La encargada de la rehabilitación del animal fue la bióloga Mayra Rosado, quien previamente también había ejercido los cuidados pertinentes de otro cocodrilo rescatado.