
En los puertos de San Felipe, Río Lagartos y El Cuyo, la cacerolita de mar continúa utilizándose como carnada para la captura del pulpo, a pesar de estar catalogada como una especie en peligro de extinción desde 2010. Esta práctica, considerada un secreto a voces entre los pescadores, fue confirmada mediante un sondeo realizado por investigadores del Instituto Tecnológico Nacional de México, campus Tizimín.
De acuerdo con los resultados del estudio, los pescadores siguen prefiriendo esta especie, también conocida como mex, por ser más efectiva en la captura del octópodo.
La investigación incluyó encuestas aplicadas en localidades como Champotón, Río Lagartos e Isla Holbox, y reveló que la cacerolita de mar se sigue utilizando como carnada. Asimismo, se observó que, antes del inicio de la temporada de captura de pulpo en agosto, la población de la especie disminuye drásticamente. Esto ocurre porque las más grandes, principalmente hembras, son las que más se pescan, afectando gravemente la reproducción de la especie.
Mientras un solo macho puede fertilizar a varias hembras, la pérdida de un ejemplar reproductor representa un daño irreparable para el repoblamiento.

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“El pulpo puede realizar entre ocho y diez succiones a una cacerolita, frente a sólo dos o tres al cangrejo, lo que la convierte en una carnada más atractiva. Además, se cree que el mex libera una feromona que lo atrae aún más”, según explicó el pescador Eduardo Canul.
A pesar de los esfuerzos desde el año 2000 para promover su protección a nivel internacional, y de que desde 2010 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la declaró especie en peligro de extinción, aún no existe un programa formal para su conservación.
La cacerolita de mar, especie que habita la Tierra desde hace más de 150 millones de años (incluso antes que los dinosaurios), enfrenta ahora un alto riesgo de desaparecer en menos de dos décadas si no se toman medidas urgentes.
Cabe destacar que los investigadores del Tecnológico de Tizimín han comenzado un proyecto para su cultivo en cautiverio, logrando criarlas en laboratorio con alimentación controlada. Se espera que pronto puedan liberar ejemplares al océano, como se hace con las tortugas marinas.
Finalmente, los resultados de esta investigación, realizada dentro de la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos, han sido notificados a la Secretaría de Desarrollo Sustentable; sin embargo, hasta el momento no se ha implementado un programa de protección efectivo.
Los investigadores y pescadores hicieron un llamado a las autoridades, instituciones académicas y a la sociedad en general para que se unan a los esfuerzos de conservación y eviten la extinción de la cacerolita.