
Yucatán volvió a poner a prueba su capacidad de respuesta frente a emergencias. Más de 20 mil personas participaron en el Segundo Simulacro Nacional 2025, desplegado en alrededor de mil 500 inmuebles en todo el estado. El ejercicio, organizado junto con Protección Civil, tuvo como propósito fortalecer la cultura de la autoprotección y recordarle a la población que la prevención puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
El punto central de las actividades fue la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), donde el director estatal de Protección Civil, Hernán Hernández Rodríguez, encabezó la jornada acompañado por el rector de la institución. En apenas dos minutos fueron desalojadas más de 180 personas, un ejemplo del impacto positivo que pueden tener los protocolos de seguridad bien aplicados.
Un sonido que marcó historia
Por primera vez en México, se activó el nuevo sistema de alerta temprana a través de telefonía móvil. Más de 80 millones de usuarios en todo el país recibieron un mensaje acompañado de un sonido peculiar y estridente que busca llamar de inmediato la atención en caso de riesgo.
“Fue un momento histórico. Este sistema coloca a México entre los pocos países del mundo con esta tecnología, junto con Estados Unidos, Canadá y Chile. Hoy estamos a la vanguardia en materia de prevención”, expresó Hernández Rodríguez con evidente orgullo.
En Yucatán, donde los sismos no representan una amenaza latente, las hipótesis se adaptaron a la realidad local: evacuaciones por incendio y simulacros ante la inminencia de huracanes.
Supermercados, escuelas, ayuntamientos y oficinas públicas se sumaron a la dinámica, reforzando la obligación legal de realizar al menos dos simulacros al año en todos los espacios con más de 25 personas.
“No queremos que la población se alarme, sino que se sume de manera activa. La cifra de participantes es variable, pero la meta es que cada vez más ciudadanos integren la prevención en su vida cotidiana”, señaló el funcionario.

40 años de luto
El simulacro coincidió con el aniversario luctuoso del sismo de 1985, tragedia que marcó un antes y un después en la historia de México. Por la mañana se realizó una ceremonia con autoridades civiles y militares de la Décima Región, en la que se recordó a las miles de víctimas que dieron origen al actual Sistema Nacional de Protección Civil.
“Los simulacros no son solo un protocolo. Son un recordatorio de que la prevención salva vidas. De esa tragedia nació la obligación de estar siempre preparados”, subrayó el titular de Protección Civil en el estado.
Retos de una ciudad en transformación
Más allá de la jornada, Hernández advirtió sobre los nuevos desafíos que enfrenta Mérida con su crecimiento urbano. Hoy existen más de 50 edificios verticales en la zona norte de la ciudad, algunos con más de 10 pisos, lo que demanda planes de evacuación distintos a los de décadas pasadas.
“Hace unos meses atendimos un incendio en un edificio de 11 niveles. Logramos evacuar a la gente, pero quedó claro que debemos actualizar protocolos y legislar en materia de construcción. Mérida ya no es la ciudad tranquila de hace 20 años, ahora es una urbe moderna que exige mayor preparación”, advirtió.
El funcionario también alertó sobre los riesgos en el Centro Histórico, donde las lluvias y el abandono han provocado desprendimientos de inmuebles antiguos. “Cada reporte que recibimos lo atendemos de inmediato. Si detectamos peligro, suspendemos actividades hasta que el problema sea corregido”, puntualizó.

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Una cultura que se arraiga
Para Hernández, el camino de la prevención en Yucatán ha sido lento pero sostenido. Fenómenos como los huracanes Gilberto e Isidoro marcaron generaciones y dejaron lecciones que aún resuenan. El gobernador Joaquín Díaz Mena, recordó, enfrentó de primera mano la devastación de Isidoro cuando era alcalde de San Felipe, lo que lo ha hecho especialmente sensible al tema.
“Por eso el Gobernador impulsa estos ejercicios como parte del llamado Renacimiento Maya. No solo se trata de desarrollo económico, sino de una sociedad fuerte, preparada y consciente de que la prevención es un pilar de la seguridad”, explicó.
El eco de las sirenas, el sonido inconfundible de la alerta en los celulares y la imagen de miles de personas saliendo ordenadamente de sus espacios, dejaron un mensaje claro: la prevención no es un acto aislado, es una cultura que se construye cada día, con memoria, disciplina y responsabilidad compartida.