En un año marcado por cambios sociales, ajustes legales y una demanda ciudadana inédita, el Registro Civil de Yucatán cerrará 2025 con una actividad que no se veía en décadas. La dependencia estatal, que para muchos es el primer y último punto de la vida administrativa –nacimiento, matrimonio, divorcio, defunción–, se convirtió este año en un termómetro del Yucatán contemporáneo: más diverso, más exigente y con una ciudadanía que quiere ejercer plenamente sus derechos.
A lo largo de 2025, el Registro Civil resolvió 27 mil trámites, casi el triple de los realizados un año antes, cuando se atendieron 10 mil solicitudes. El dato no sólo ilustra una mayor actividad administrativa, sino un cambio profundo en las necesidades de la población. El director de la dependencia, Jorge Carlos Ramírez Granados, explica que buena parte del crecimiento se debe a la incorporación de procedimientos que antes eran largos, costosos o simplemente inexistentes.
Identidad que se ejerce
Entre todos los trámites, uno destaca por su dimensión social: el cambio de identidad sexo-genérica, que pasó de 69 solicitudes en 2024 –trámite que entonces sólo podía lograrse por la vía del amparo– a 333 casos resueltos en 2025. El aumento de 382.6% refleja no solo una mayor apertura institucional, sino también un cambio cultural que avanza con paso firme en el estado.
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Ramírez Granados subraya que este procedimiento representa un acto de reconocimiento y dignidad. Para cientos de personas, obtener un acta que corresponde a su identidad no es un trámite: es una reparación histórica. “Es el ejercicio pleno de un derecho fundamental”, resume.
Más oficialías, más acceso, más cercanía
Este 2025 también fue un año de expansión territorial. El Registro Civil pasará de 70 a 103 oficialías, con la meta de cerrar el año con la totalidad interconectada. Si el 100% no se logra antes del 31 de diciembre, será –dice el director– la primera tarea de 2026.
La ampliación de oficinas implica que más familias en comunidades rurales podrán realizar trámites sin viajar largas distancias, una de las principales demandas históricas de la población.
En lo que va del año, Yucatán registra 21 mil nacimientos y alrededor de 12 mil defunciones. La tendencia se mantiene: el estado sigue teniendo más nacimientos que fallecimientos, una señal de crecimiento poblacional que también impacta la carga administrativa del Registro Civil.
Un fallo que cambió apellidos y abrió derechos
Otro episodio que marcó el año fue el pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que obligó a Yucatán a modificar el artículo 40 de su Ley del Registro Civil. El tribunal determinó que la prohibición de registrar apellidos compuestos o más de dos apellidos simples vulneraba la libertad de madres y padres para elegir el nombre completo de sus hijos.
El caso inició cuando la CNDH impugnó el Decreto 747/2024, argumentando que la norma implicaba una intervención arbitraria del Estado. El pasado 10 de diciembre, el Diario Oficial del Estado publicó finalmente la reforma: ahora los padres pueden registrar a sus hijos con apellidos compuestos o combinaciones completas de los apellidos maternos y paternos.
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La modificación no es menor: para muchas familias yucatecas, los apellidos compuestos son parte de la memoria familiar y del legado que se transmite entre generaciones. La decisión restituye esa posibilidad.
El amor y la ruptura en cifras
El Registro Civil también llevó el pulso de los vínculos y sus disoluciones. En 2024, el estado registró 8,903 matrimonios y 3,396 divorcios, una cifra mayor que en 2023. Aunque el Inegi reporta números ligeramente distintos –producto de sus propios procesos de validación–, ambos coinciden en una tendencia: Yucatán mantiene una tasa matrimonial más baja que Quintana Roo, líder nacional, pero por encima de Campeche.
La fotografía regional muestra contrastes: mientras Quintana Roo alcanzó 10,376 matrimonios en 2024, Yucatán se ubicó en 5.6 enlaces por cada mil habitantes. La dinámica social, económica y migratoria explica buena parte de estas diferencias.
Bodas más accesibles
Este año también trajo cambios directos para las parejas que desean casarse. El Gobierno del Estado eliminó requisitos como la presentación de tres testigos y el certificado médico, cuyo costo podía ir de 600 a 1,200 pesos.
La intención de estas reformas es clara: reducir trabas, abaratar el procedimiento y facilitar que las parejas puedan formalizar su unión sin cargas innecesarias. “El certificado médico es un asunto personalísimo; no debe ser una imposición administrativa”, puntualiza Ramírez Granados.
La simplificación de trámites, sumada al aumento en oficialías y al avance tecnológico, podría modificar las cifras de matrimonios y divorcios en los próximos años. El Registro Civil se encamina hacia una modernización que no sólo actualiza procesos, sino que también intenta responder a una sociedad más diversa, más informada y con necesidades más complejas.
