
Calles congestionadas, peatones relegados al mínimo espacio y un sistema de transporte público con muchos pendientes en materia de movilidad que se necesitan en el Centro Histórico, además de la urgencia por implementar soluciones integrales para devolverle en esta zona la prioridad al peatón, comentó Eduardo Monsreal, representante del Observatorio de Movilidad Urbana.
“En el tema del Centro Histórico se tendría que valorar hasta cuánto se puede emplear en intervenciones del espacio público -explica Monsreal-. Por ejemplo, calles compartidas o de prioridad peatonal, donde el vehículo circularía solo como invitado, sin preferencia”.
Monsreal enfatiza que estas calles de convivencia deben ir acompañadas de múltiples medidas de diseño: reductores de velocidad físicos, bolardos, cruces peatonales elevados y adecuación de banquetas. “No se trata de cerrar vialidades, sino de reorganizar espacios para que automovilistas respeten límites de 20 o 30 km/h en tramos específicos”, detalla.

El experto en movilidad urbana refirió que otro de los desafíos que enfrenta la ciudad es la reconfiguración del transporte público. “Hace años se hablaba de rutas transversales o diametrales: un sólo servicio que cruce la ciudad de Norte a Sur o de Oriente a Poniente, aprovechando avenidas como la 60 o la 65. Hoy contamos con un proceso de modernización y digitalización del sistema, que genera información en tiempo real sobre orígenes y destinos”, señala Monsreal.
Con estos datos, sugirió que la Agencia de Transporte podría —en colaboración con universidades e institutos especializados— modelar flujos de pasaje y definir “corredores troncos”, que reduzcan la saturación del Centro Histórico como punto de transbordo.
Explico que este panorama aliviaría la presión de autobuses y combis en el Centro, con lo que se podría explorarse la peatonalización parcial de calles emblemáticas, permitiendo sólo acceso local y servicios esenciales y ampliando banquetas, zonas de descanso y mobiliario urbano.

El Observatorio también señala el déficit de políticas de estacionamiento. “Es indispensable regular los espacios para vehículos privados, implementar parquímetros o plataformas de rotación y desincentivar el acarreo masivo de autos”, advierte Monsreal.
El especialista en movilidad, comentó que, para lograr estos cambios, se requerirá coordinación estrecha entre Gobierno del Estado, Ayuntamiento de Mérida, la Agencia de Transporte, el Observatorio y la academia, sumando visiones de urbanismo, ingeniería de tránsito y sociología urbana. “Solo así se podrá diseñar un plan estratégico que transforme al Centro Histórico en un espacio más humano, seguro y sostenible”, precisó.