Yucatán / Mérida

"Amo lo que hago": Ignacio Ruíz, el organillero capitalino que conquista en el centro de Mérida

Ruíz, quien comenzó a viajar a Mérida desde hace tres años, asegura que las melodías del organillo han sido bien recibidas por parte de los yucatecos.
Ruíz aprendió el oficio hace 19 años gracias a un familiar
Ruíz aprendió el oficio hace 19 años gracias a un familiar / Marco Landaverde

A pesar de que la música producida por el organillo, antiguo instrumento de origen europeo, es común en la Ciudad de México y otras urbes del país, Yucatán no se destaca por ser escenario de esta tradición, de que la restan pocos representantes.

Ignacio Ruíz, capitalino, y orgullosamente organillero, aprendió el oficio hace 19 años, y desde hace tres, tomó la determinación de probar suerte en la tierra del venado y del faisán, en donde, asegura ha sido bien recibido.

Cuenta que además de Mérida, ha tenido la oportunidad de tocar sus melodías en sitios como Valladolid, Tizimín, Ticul y Oxkutzcab. Con una sonrisa pintada en el rostro, interactúa con los transeúntes, quienes ocasionalmente se detienen para entregar una moneda o un billete.

“Voy para 19 años haciendo este oficio, que en lo personal me gusta, amo lo que hago, disfruto lo que hago y me gusta compartirlo con todos ustedes, y que conozcan un poco de la tradición del organillero” declaró para POR ESTO!

Noticia Destacada

José Chan, el saxofonista que alegra a los transeúntes en el Día del Músico

Los retos de una profesión en peligro de extinción

Ruíz detalló que, al interior de territorio nacional, esta actividad dio inicio antes de la Revolución Mexicana, es decir, hace más de un siglo. Diversos factores, entre ellos la pérdida o desgaste de los instrumentos, el relevo generacional escaso, las bajas ganancias diarias, y el menor interés del público frente a las opciones musicales más modernas, amenazan esta labor.

A pesar del reto económico que podría representar emprender un viaje más allá de las fronteras de la gran ciudad, el apasionado organillero, “se las juega” en el corazón de la capital yucateca, en compañía de su ayudante.

“Nos hospedamos en un hotelito de aquí del centro, algo económico por supuesto, algo para lo que nos alcanza, con lo que la gente nos apoya”, aseguró. Además, mencionó que “Carlitos”, un peluche que funciona como una representación del mono que antiguamente poseían los organilleros para colectar monedas, le acompaña a cualquier sitio al que va.

Noticia Destacada

El templo de San Juan Bautista en Mérida y su vínculo con la plaga de langostas que azotó Yucatán

Agradece el apoyo de los yucatecos

Ignacio Ruíz aprovechó el micrófono para agradecer a los yucatecos que lo han apoyado. También mencionó que desea que más habitantes de la región conozcan sobre la tradición, ya que comentó existe amplio desconocimiento.

Por último, reveló que aprendió de la profesión gracias a un familiar, quien le transmitió los conocimientos necesarios. Dijo que el instrumento requiere diversos cuidados, y que el clima e incluso el polvo pueden afectar su funcionamiento.