Un intento de robo a un cajero automático ubicado en el interior del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (Hreapy), en la zona de Altabrisa, movilizó ayer a decenas de agentes de distintas corporaciones policiacas.
De acuerdo con los primeros reportes, un grupo de personas llegó al lugar a bordo de un automóvil blanco con emblemas de una empresa de seguridad privada. Su objetivo era manipular el cajero instalado dentro del nosocomio, por lo que comenzaron a desmontarlo bajo la apariencia de una revisión técnica.
Sin embargo, la actitud de los supuestos técnicos levantó sospechas entre el personal de vigilancia del hospital. Al intentar cuestionarlos, los individuos mostraron armas de fuego y exigieron que se mantuvieran alejados. Ante la amenaza, los guardias activaron el protocolo de emergencia y solicitaron apoyo a través del 911.
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En cuestión de minutos, el sitio fue rodeado por elementos de seguridad estatal y municipal. Gracias a la rápida respuesta, se logró la detención de al menos dos sujetos, quienes fueron trasladados a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para su identificación y proceso legal. Se presume que otros implicados lograron escapar.
Testigos afirmaron que algunos de los delincuentes ingresaron al hospital y que incluso se habrían escuchado disparos. No obstante, autoridades del Gobierno del estado descartaron oficialmente que se hayan realizado detonaciones de arma de fuego durante el operativo.
Como parte de las acciones para ubicar al resto de los sospechosos, se instalaron filtros de revisión en los alrededores, incluyendo puntos estratégicos del Anillo Periférico y las salidas hacia Cholul y Motul. La búsqueda se mantuvo activa durante toda la tarde.
El número de personas involucradas en el intento de atraco aún no ha sido confirmado por las autoridades, que mantienen hermetismo en torno a los detalles de la operación.
En cuanto al vehículo utilizado por los presuntos responsables, fue asegurado y llevado al corralón como parte de la investigación.
La emergencia también obligó a modificar el acceso al hospital: la entrada número tres fue cerrada al público y los pacientes que requerían atención urgente fueron redirigidos a la puerta siete.