
Mientras madres de niños con cáncer advierten sobre un presunto brote bacteriano que habría causado infecciones en al menos una docena de menores (y la muerte de uno de ellos), el director del Hospital General Agustín O’Horán, Juan Carlos Arana, reconoce deficiencias heredadas en la infraestructura, pero asegura que la situación está bajo control y los contagios registrados se encuentran dentro de los márgenes esperados para un nosocomio de alta demanda.
El señalamiento más doloroso viene de Karla Franco, madre de Ángel Sebastián, un pequeño de tres años que falleció el pasado 1 de enero. Asegura que su hijo había superado el tratamiento de leucemia y fue dado de alta, pero tras una recaída, una infección adquirida dentro del hospital terminó por complicar su estado hasta provocarle la muerte. “Lo intentaron todo, pero el cuerpo de mi hijo ya no aguantó”, dice entre lágrimas.
Como ella, otras madres comparten relatos similares: fiebre repentina tras procedimientos, catéteres infectados y síntomas que aparecen poco después de la hospitalización. Flor Castillo, otra madre, relata que su hija enfermó días después de que le colocaran un catéter para recibir quimioterapia. Los análisis confirmaron una infección severa, de la que logró recuperarse, pero que refuerza los temores de muchas familias.

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Culpan a la bacteria Complejo Burkholderia Cepacia (CBC) de ser el origen de la tragedia. Es un importante patógeno causante frecuentemente de neumonía en pacientes con enfermedades debilitantes pulmonares como fibrosis quística o inmunocomprometidos como la granulomatosa crónica Los organismos CBC se encuentran comúnmente en el agua y en el suelo; pueden sobrevivir prolongados periodos en ambientes húmedos. Las infecciones pueden ser de extrema gravedad, pues ocurre una rápida declinación en los pulmones, lo que causa la muerte.
Un entorno hostil
Más allá de las bacterias, las madres denuncian condiciones que califican de indignas: baños sucios, falta de insumos básicos, aire acondicionado con moho, elevadores inservibles y equipos deteriorados. Aseguran que, en algunos casos, incluso les han pedido limpiar los sanitarios mientras cuidan a sus hijos. “¿Cómo pueden pedir eso a una madre que duerme en una silla junto a su hijo?”, pregunta una de las entrevistadas.
En otro caso, Karla recuerda que su hijo fue trasladado en un elevador destinado al transporte de residuos médicos. “Un niño con defensas en cero, por donde suben bolsas con sangre y restos biológicos. ¿Cómo es posible?”.
Infraestructura dañada
Ante los señalamientos, el director del Hospital O’Horán, Juan Carlos Arana Reyes, reconoció que al asumir la administración, hace menos de un año, encontró una infraestructura severamente dañada: techos con humedad, climas inservibles, paredes con moho y tuberías obstruidas. “Sí, hay un problema, pero lo estamos atendiendo”, dijo en entrevista con Por Esto!
El médico explicó que las infecciones nosocomiales (aquellas que se adquieren durante la estancia hospitalaria) son frecuentes en todos los hospitales del mundo. Según datos del nosocomio, de enero a junio la tasa de estas infecciones fue de 2.46 por cada 100 pacientes de corta estancia, y de 3.45 por cada 100 en larga estancia, cifras que, aseguró, están dentro del rango aceptado en instituciones similares.
Sobre la bacteria Burkholderia Cepacia, el doctor Arana señaló que fue detectada por primera vez en 2022, tras la pandemia. Aunque ya se conocía en otros centros hospitalarios, no había sido identificada antes en el O’Horán.

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“No se puede afirmar con certeza el origen de una infección. Hay múltiples factores: pacientes inmunocomprometidos, procedimientos invasivos, circulación constante de personas enfermas.Lo importante es contar con protocolos y acciones correctivas”, subrayó.
Acciones correctivas
El director detalló que actualmente se realizan trabajos de mantenimiento preventivo y correctivo en aires acondicionados, sistemas de agua y gases médicos, además de renovación de sanitarios, plafones, lavabos y otras áreas críticas. Asegura que se han corregido más del 80% de las fallas heredadas.
También informó que el personal de intendencia y limpieza ha sido capacitado para mantener estándares de higiene adecuados, y que la administración trabaja en coordinación con autoridades estatales y federales para acelerar la transición a las nuevas instalaciones del hospital.
Pese a las respuestas institucionales, las madres insisten en que sus denuncias no son contra médicos ni enfermeras, a quienes reconocen como “entregados y comprometidos”, sino contra la falta de condiciones adecuadas para atender a niños inmunosuprimidos. “No queremos culpar a nadie. Queremos que lo que nos pasó no le pase a nadie más”, concluye Flor.
En tanto, las autoridades sanitarias aseguran que el monitoreo continuará y que el nuevo complejo hospitalario, actualmente en proceso de construcción, ofrecerá condiciones dignas y seguras para pacientes, familiares y personal médico.