Ciertamente de carácter difícil, si existía en Ciudad del Carmen un hombre leal a la causa del ahora Presidente de la República, era don Roberto Canepa Peralta, cuya vida ofrendada frente a un hospital de Ciudad del Carmen, muestra la calidad humana de muchos de los correligionarios del morenismo, que supieron, vieron, pero no actuaron.
Pocas veces traté con él, pero cuando ocurrió no me quedó la menor duda de que era un hombre de convicción. Como la mayoría de nosotros, era ciertamente un individuo ordinario y sin mayor fortuna que la vida misma, pero a la vez un ciudadano entusiasta, que quería ver un cambio en su país, en su estado, en su isla. Sus dichos lo dibujaban como un enemigo de la injusticia, del delito, de la corrupción.
Por alguna razón Don Roberto vio en el político tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, el hombre que marcaría el cambio; el que podía transformar el país… y de ahí ya no se salió. Bueno, al menos eso era lo que insistentemente expresaba en sus declaraciones públicas. Podría decirse que era uno de los primeros activistas -en Ciudad del Carmen- del hoy Presidente de la República.
No dudo que muchos sujetos que ahora gozan de posición y poder, gracias al activismo de individuos nobles, leales y auténticos como Canepa Peralta, lo conocieron y tuvieron desencuentros con el ahora finado. Claro es, esos que ahora calientan curules y se frotan las manos con la idea de escalar posiciones por sentirse incluidos dentro de la Cuarta Transformación nunca se hubieran puesto de acuerdo con “Don Canepa”, cuyos propósitos eran más nobles.
Sabiendo que la vida se le escapaba, “Don Canepa” pidió auxilio…y le fue negado. Tal vez sin capacidad de dilucidar la realidad, acudió a un sitio donde esperaba ser auxiliado, pero en donde los “médicos” únicamente conocen la razón del metal. Lo que se hizo con este ser humano es un homicidio. Sin lugar a dudas, los médicos de la institución que le negaron la asistencia primaria al morenista carmelita actuaron negligentemente. La acción de los profesionistas fue aberrante.
Sin embargo, más aberrante fue la actitud de los correligionarios del finado, que, embelesados, regocijados y embrutecidos con el néctar del triunfo, han continuado durante meses en falaz fiesta. Cuando alguien les cuestione, la mayoría de ellos seguramente dirá: “Era un viejo que no se dejaba ayudar”….Y no pocos le habrán deseado la muerte.
No a todos deslumbra el poder y el dinero; todavía hay humanos con sentimientos nobles, que piensan que nuestra civilización merece la misericordia del Creador y puede cambiar para bien. Una prueba de vida noble y desinteresada es la que les está dejando Canepa con su desventurado final, con su ejemplo como ofrenda, envía un mensaje a sus partidarios, en el que les dice que sean congruentes con el compromiso que adquirieron; que no desperdicien la oportunidad que el pueblo les ha conferido; que practiquen la propuesta de su líder y Presidente.
Hoy, el morenismo ha decepcionado a AMLO, pues a pocas semanas de que éste su plan de procurar el acceso a la salud para todos los mexicanos huérfanos de seguridad social, dejaron que uno de sus auténticos apóstoles muriera clamando ayuda médica. Su delito es mucho mayor del que cometieron los negligentes médicos que se negaron a atender a “Don Canepa”.
Joaquín Vargas Aké