Escudados bajo una presunta bandera de conservación e investigación ambiental, la empresa extranjera “Dolphinaris”, dedicada plenamente a la explotación comercial de los delfines cuello de botella en diversos parques acuáticos de la Rivera Maya, mantiene desde el 2014 un convenio de colaboración con la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar) para la captura de especímenes en el Area Natural Protegida Laguna de Términos, con el fin de “recolectar material genético” pero también a individuos, lo que es cuestionado por asociaciones ecológicas nacionales e internacionales por poner en riesgo a dichas poblaciones.
Este 2019 la institución educativa busca renovar el polémico convenio, por lo que diversos organismos exhortan al rector José Antonio Ruz Hernández a NO firmarlo luego de que “Dolphinaris” se viera involucrado en la muerte de especímenes en su parque acuático de Arizona, Estados Unidos; instalaciones que también tiene en Quintana Roo donde fomenta actividades de nado con delfines que son cobradas en dólares, lo que pone en entredicho su supuesto interés en la conservación de la especie.
La misiva fue firmada a nivel local por Marea Azul A.C., cuya representante legal Lourdes Rodríguez Badillo explicó: “Está muy sospechoso porque se les acaban de morir cuatro delfines a ellos en sus instalaciones de Estados Unidos y quieren reanudar el convenio con la Unacar”.
“Yo lo que me pregunto es por qué si quieren hacer investigación, se supone que la justificación de este proyecto es usar a los delfines como especies centinela para determinar el estado de salud de la Laguna de Términos, pero por qué no lo hacen con humanos o con peces o con moluscos, por qué con una especie protegida que es lo que dio origen al decreto de ANP”, abundó.
“Es una población residente que durante muchos años precisamente este tipo de empresas como Dolphinaris se dedicaron a explotar y a esclavizar, hasta la fecha”.
Investigadores involucrados
Cabe destacar que el convenio ha sido promovido por el investigador de la Unacar Alberto Delgado-Estrella, quien desde la década del 90 colabora con empresas privadas “promotoras de inversión”, como Dolphinaris o Xcaret, las cuales mantienen la práctica cada vez más cuestionada a nivel mundial de entretenimiento con delfines y otros mamíferos marinos.
No obstante, la ambientalista cuestionó “por qué en vez de buscar a los parques marinos, por qué no busca a Conacyt u organismos internacionales dedicados a la investigación; qué cómodo pedirle a los parques marinos que durante años saquearon la Laguna de Términos de hembras de delfín, que sigan viniendo acá, obviamente a lo que vienen es a llevarse material genético fresco, obligan a los delfines, se llevan semen de delfín, porque ellos están haciendo reproducción en cautiverio porque ya no se permiten las capturas”.
“Ahora obligan a las hembras a preñarse en cautiverio, a eso vienen, y nosotros lo sabemos porque siempre hemos estado muy pendientes de todos los seres vivos dentro de la Laguna de Términos y pues los delfines han sido el estandarte, fue por lo que se logró el decreto de Area Natural Protegida”.
“Ese convenio la vez anterior intentaron capturar, lo descubrimos y subimos a un observador con cámara y ellos decidieron ya no capturar; la directora en ese entonces, una mujer bastante consciente, la doctora Rocío Barreto, tampoco estaba de acuerdo que se continuara con estas prácticas”, afirmó.
“Me parece que también es un muy mal ejemplo para los estudiantes de la Unacar, que una especie que se debería de estar protegiendo esté siendo sobreexplotada en Quintana Roo por empresas como Dolphinaris, y que sean estos los lugares de práctica de los estudiantes, dado que los estudiantes se enojan mucho cuando nosotros nos oponemos a las capturas, porque no justifica el estrés al que son sometidos los delfines, al riesgo que los ponen incluso de morir por estrés o de morir ahogados”.
Llamado a Ruz
En la misiva se exhorta al rector Ruz Hernández a desistir del convenio por considerarlo una práctica disruptiva que ejerce mucha más presión a una población de por sí amenazada por las actividades humanas.
“Verdaderamente le hacemos el llamado a la Unacar, porque es una universidad precisamente dentro de un área natural protegida a donde el emblema de la propia institución es un delfín, entonces no entiendo cómo en lugar de buscar fondos de fuentes como Conacyt o fuentes internacionales, firman un convenio muy desafortunado con empresas dedicadas al comercio”.
Lourdes Rodríguez explicó que si bien existe una población bastante saludable, de entre 400 y 700 individuos según datos de la propia Unacar, existe una presión causada por actividades industriales y la pesca, pero también por los glifosatos que escurren con los ríos que salen a la laguna, producto de la palma africana, “esto sólo sería sumarle más presión a esta población con estas presuntas misiones de investigación, son sometidos a un estrés prolongado durante las capturas”.
“Hay muchísimas causas que ponen en riesgo a las poblaciones de estos interesantes animales, de los más inteligentes del mundo (…) Estaban en pláticas para renovar el convenio y lo que le estamos pidiendo al rector Ruz Hernández es que por favor actúe a favor de las poblaciones de delfines y no satisfaga la codicia de unos cuantos. Vienen a obtener material genético para hacer inseminación artificial, vienen a adquirir semen de delfín”.
Finalmente reiteró el llamado a la institución, pero también expresó: “decirle a los ciudadanos que la denuncia es muy importante, podemos vigilar, pero los ecologistas no tenemos la capacidad para proteger toda la vida que habita dentro de esta ANP, que nos ayuden, la denuncia es muy importante”.
(Texto: Carlos Valdemar / Fotos: POR ESTO! / Especial)