Año con año el consumo de las diferentes sustancias como el alcohol, el tabaco, la mariguana van en aumento en la Isla de Carmen, pues son las principales drogas que se consumen en la Isla; hace unos años el promedio de consumo de la gente que llegaba a los Centro de Integración Juvenil (CIJ) era alrededor del 88 por ciento, actualmente estamos en un promedio de 97 por ciento de las personas que acuden y refieren consumo de alcohol, seguido por el consumo de tabaco que está en un promedio del 92 por ciento y el de mariguana en un 88 por ciento, aproximadamente, señaló José Manuel Sánchez Bonilla, director CIJ.
“Algo que también es digno de mencionar y como padres podamos atender, es que nuevamente la edad de inicio de consumo cada vez se hace menor, anteriormente los jóvenes o adolescentes iniciaban a probar o experimentar con las drogas a partir de los 14, 15, 16, hasta los 17 años, y actualmente los niños desde los 10, 11 y 12 años están experimentando con el consumo”, apuntó.
Señaló que se debemos hacer hincapié en que muchas de esas situaciones se dan en los hogares a través de que los padres les invitan a los niños para probar, rompiendo los esquemas naturales de protección y generando un daño mayor en el niño, sobre todo en edades futuras y por otro lado el ejemplo que como padres le dan de no tener un consumo responsable de alcohol que se está viendo en los menores y esto va a generar un aprendizaje por medio de la forma en que los padres se comportan.
“Hablamos un consumo responsable de alcohol, pero el 99 por ciento de las personas no sabe qué es un consumo responsable y creen que es lo que el cuerpo pueda aguantar o sentir que es algo que puedan controlar, cuando no existen cantidades científicamente comprobadas de la cantidad de bebida que se puede consumir para estar en un bajo riesgo”, indicó.
Alarmantes cifras
Añadió que se puede hablar de que un varón puede consumir hasta cuatro copas en un día dejando pasar entre hora y hora, el consumo de una copa y otra para sintetizar el alcohol y si se pasa de esa cantidad, es un abuso, pero a la semana no puede pasarse de 12 copas porque sería abuso, si continuamente abusa posiblemente es dependencia.
En el caso de las mujeres es menor el consumo, los cuerpos son diferentes, una mujer puede consumir tres copas en un día, y si se pasa ya es un abuso y si continuamente abusa, ya es dependencia y a la semana no puede pasarse de nueve.
Agregó que en cuanto al consumo de bebidas, poco a poco se ha emparejado la cantidad de consumo entre hombres y mujeres, en años anteriores la relación era de cada tres varones asistía una mujer y ahora por cada dos varones hay una mujer que consume alcohol.
“Aquí está la parte importante es un consumo que en función de cuestión de la legalidad los adultos pueden hacer, pero no pueden o no deben permitir que los menores consuman alcohol, y cualquier cantidad es abuso.
La pregunta más frecuente con que nos encontramos es cuánto tomar para que no suceda nada, pero la respuesta es cero: desde la primera copa ya hay una alteración de la percepción y es una posibilidad de que pueda ocurrir algo que puede ser desagradable como un accidente”.
Dijo que al darle alcohol a los menores le estamos dañando la integridad física y mental, y esto puede tener una repercusión a nivel legal, porque si estamos dañando la integridad del menor, entonces no estamos orientando a los hijos como buenos padres, como el cuidar y prevenir que nuestros hijos se encuentren en un lugar sano y libre de peligro.
Dijo al final que lamentablemente no hay ninguna cultura de denuncia de este tipo, la percepción de riesgo es cada vez menor y lo vemos como algo cotidiano, es clásico ver en las casas cómo se le proporciona al menor alcohol para que lo pruebe e incluso lo hacemos como algo ‘gracioso’, sin darnos cuenta del daño que le estamos produciendo o estamos generando en un futuro.
(Texto: Fernando Kantún /
Foto: POR ESTO!)