
A pesar de la lluvia que dejó el Dios Chak, la tradicional quema de toritos no se suspendió en el municipio de Dzitbalché, durante la celebración del primer gremio Unión Fraternal. Aun con las inclemencias del clima, los asistentes disfrutaron de la quema de siete toritos de petate, además de morteros, cascadas y cipreses, en una noche llena de color y pólvora.

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Desde temprana hora, la comunidad comenzó con los preparativos. Las actividades iniciaron a las 10 de la mañana, con la salida del gremio desde la parroquia rumbo al predio del patrón, donde se ofreció un refrigerio a los visitantes. Por la tarde, a las 5 en punto, la feligresía acompañó nuevamente al gremio para el regreso a la iglesia, donde el párroco Juan Carlos Centeno Cruz ofició la misa de las 7 de la noche. Al concluir, dio inicio la esperada quema de fuegos artificiales, preparados especialmente por cada gremio.
Aunque el centro de la ciudad no lució abarrotado, muchas familias desafiaron la llovizna y las calles encharcadas para participar en esta manifestación de fe y tradición. Las autoridades municipales también estuvieron presentes para prevenir accidentes o incendios, dada la intensidad de pirotecnia que se utiliza en estos festejos.
La quema de toritos forma parte de una extensa serie de actividades religiosas y culturales en honor a Nuestra Señora de la Asunción de María, patrona del pueblo. A lo largo de varias semanas, distintos gremios organizan eventos similares, reafirmando la identidad comunitaria y el compromiso con las tradiciones que caracterizan a Dzitbalché.
Pese a los desafíos del clima, la celebración dejó en claro que la devoción y la alegría del pueblo Dzitbalchense son más fuertes que cualquier inclemencia del tiempo.