
En promedio, solo cuatro de cada 10 albañiles tienen trabajo actualmente en el municipio, lo que ha obligado a decenas de alarifes a cambiar de oficio o emigrar a otras ciudades.
La falta de obra pública estatal y municipal, así como la difícil situación financiera de las familias locales, ha ocasionado el desplome de la actividad del sector construcción, con serias afectaciones.

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A decir de Ariel Poot Ramos, líder de la Confederación de los Trabajadores de México (CTM) en Hopelchén, también influyó el regreso a clases, pues las pocas obras particulares que se realizaban fueron detenidas, ya que los patrones destinaron recursos al retorno escolar de sus hijos.
El dirigente obrero en Los Chenes señaló que el panorama es complicado para los alarifes, problema que inició desde junio, cuando muchas obras se detuvieron por los gastos de clausuras escolares.
Después de un leve repunte en julio y agosto, a partir de la tercera semana de agosto la mano de obra volvió a caer. Los padres de familia gastaron en útiles escolares, mochilas, zapatos, uniformes y otros artículos, dejando en pausa las construcciones.
Poot Ramos confió en que a partir de octubre haya un repunte, pues tradicionalmente en los últimos tres meses del año aumentan las obras en casas particulares, lo que daría una ligera mejoría económica a maestros, peones y ayudantes del sector.