Con fe y devoción, cientos de fieles se reunieron este martes en la capilla para celebrar la festividad de San Judas Tadeo, apóstol de Jesús y patrono de las causas difíciles y desesperadas. Durante la homilía, el presbítero Fabricio Seleno de Paul Calderón Canabal, destacó la importancia de poner a Cristo en el centro de la vida y de practicar el amor al prójimo, valores que —dijo— definen el verdadero discipulado cristiano.
En una capilla que desde que inició el novenario no ha permanecido vacía ningún día, el sacerdote recordó el pasaje del Evangelio en el que “toda la gente procuraba tocar a Jesús porque salía de él una fuerza que sanaba”, subrayando que esa fuerza divina no solo santifica, sino que también sana las heridas del alma. Explicó que, al venerar una imagen o tocar una reliquia, los fieles buscan ese contacto espiritual con Dios que transforma y fortalece la fe.
Noticia Destacada
Campeche se une por Veracruz: Concierto gratuito con Los Cojolites en la Plaza Pablo García
Ante rostros de consuelo, lágrimas y felicidad, exhortó a la comunidad a seguir el ejemplo del santo, recordando que San Judas Tadeo puso a Jesús en el centro de su corazón, simbolizado en la medalla que porta sobre el pecho en su iconografía. “No es una moneda, es una medalla que representa su amor a Cristo”, aclaró, destacando que su fidelidad fue tan grande que dio la vida por anunciar el Evangelio.
Asimismo, invitó a los presentes a reflexionar sobre el doble mandamiento del amor, que no es más que amar a Dios y al prójimo. Reconoció que esta última parte suele ser la más difícil, sobre todo en la convivencia diaria, “cuando el prójimo es la pareja, los hijos, los padres o incluso los compañeros de trabajo, no entendemos porque es que se hace más complicado dar amor”. Aun así, señaló que el amor al prójimo es la base de la vida cristiana y el verdadero camino hacia la santidad.
Recordó que San Judas Tadeo es considerado intercesor en las causas imposibles porque el que ama, ayuda, y que su ejemplo debe inspirar a los creyentes a tender la mano a quienes atraviesan dificultades. “Pidamos por su intercesión la fuerza del Espíritu Santo para resistir el mal y mantenernos firmes en la fe”, concluyó.
En la Capilla en honor a San Judas Tadeo, ubicada en el corazón de la colonia Miguel de la Madrid, se observaba a familias completas, muchas con imágenes religiosas de todos tamaños, escapularios, veladoras, botellas de agua, quienes buscaban la bendición en la fecha del discípulo de Jesús, considerado uno de los santos de mayor intercesión.
A las afueras del templo, también llegaron algunas procesiones, incluso personas que con mucha fe, ofrecieron bebidas, alimentos, dulces, recuerdos, como una muestra de agradecimiento al Santo Patrono de los Casos Difíciles y Desesperados, por algún milagro concedido.