El cielo y las playas de Ciudad del Carmen se han llenado nuevamente de cientos de aves migratorias que cada año llegan a resguardarse del invierno en el norte de América. Pelícanos blancos, ostreros americanos y decenas de especies más comenzaron a concentrarse desde hace una semana en Playa Norte, Isla del Carmen y la Laguna de Términos, un espectáculo natural tan impresionante como frágil.
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De acuerdo con Dennis del Ángel Pérez Reyes, representante de Ecoguardianes de Laguna de Términos, ya se observan grandes poblaciones de pelícano blanco y ostreros americanos, algunos incluso “anillados”, evidencia científica del seguimiento que reciben en todo el continente durante su migración anual.
México alberga entre mil 123 y mil 150 especies de aves, y Campeche posee casi la mitad de ese total entre residentes y migratorias. La Laguna de Términos, designada como sitio Ramsar y Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA), es uno de los refugios naturales más relevantes del país.
Tan solo en Playa Norte —una franja urbana donde coexisten bañistas, pescadores, fauna silvestre y factores de riesgo ambiental— se han registrado 143 especies, de las cuales casi la mitad son migratorias.
Cada otoño, aves procedentes de Canadá y Estados Unidos inician su viaje hacia el sur buscando climas benignos y mayor disponibilidad de alimento, explicó, al agregar que estas especies permanecen entre cinco y seis meses en la región antes de emprender el viaje de retorno, que en este ciclo culminará en marzo de 2026.
Pero su travesía está lejos de ser segura, según Ecoguardianes, las aves migratorias enfrentan obstáculos cada vez más peligrosos: pérdida de hábitat costero, fragmentación del manglar, contaminación atmosférica y marina, alteración de corrientes y temperaturas por el cambio climático, presencia humana desordenada en zonas críticas.
En Carmen, el deterioro del manglar —un ecosistema que ofrece alimento, sombra y refugio a aves playeras y acuáticas— se ha convertido en uno de los principales focos rojos. Urbanización acelerada, rellenos irregulares y cambios de uso de suelo han reducido áreas vitales para las especies que dependen de este entorno.
En Playa Norte, la erosión avanza año con año. La combinación de oleaje, aumento del nivel del mar y pérdida de cobertura vegetal está reduciendo zonas de descanso y alimentación para las aves. Para las aves migratorias, cada metro perdido significa un riesgo adicional, porque hay menos alimento, menos espacio para descansar, más competencia entre especies y más probabilidad de morir en el trayecto.
Pérez Reyes mencionó que, a pesar de los desafíos, la isla sigue siendo un punto clave para miles de aves. Las especies residentes permanecerán en sus hábitats locales, mientras que las migratorias partirán nuevamente hacia el norte en marzo de 2026. Aprovechó para referir que el turismo de aves puede convertirse en una extraordinaria alternativa económica para la ciudad, como sucede en otras partes, además porque es un periodo en el que no hay actividades programadas.
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La llegada de estas aves es una muestra del valor ambiental que Ciudad del Carmen aún conserva, pero también de todo lo que podría perderse si no se atienden las amenazas actuales. La Laguna de Términos es un refugio natural clave en América, pero su fragilidad aumenta ante el avance urbano, la contaminación y la falta de restauración ecológica.