El licenciado Carlos Roberto Barrera Jure es un hombre apasionado de la historia de su familia. En poco tiempo, desde que se decidió a dedicarse a escribir, porque el señor es un escritor (la persona que escribe es un escritor, bueno, malo o regular, pero es un escritor) y un acucioso investigador de sus raíces familiares, que él remonta hasta el tronco familiar a la población de Dzitbalché.
Como antes referimos, toda su obra está centrada en la familia Barrera, su familia. Es una hermosa obsesión la que le ha hecho publicar casi compulsivamente un texto tras otro acerca de su familia y, sus orígenes y entorno, así como diversas anécdotas y cuestiones acaecidas ya en el pueblo primigenio, ya en otros espacios geográficos, pero Dzibalche es omnipresente.
Sus anteriores libros, antes de que me adentre en el último que tuvo a bien enviarme y que lleva por título Anecdotario de los Barrera, son: Ser familia, Recuerdos de mi infancia, Genealogía gráfica de los Barrera, 40 Aniversario del Centro Universitario Montejo, Diario de Yucatán, 140 artículos periodísticos 1993-1999 y Guardianes del Tiempo. Árboles extraordinarios.
En este último libro, un compendio de anécdotas que van de lo dramático, pasando por lo trágico, a lo chusco y lo picaresco, siempre protagonizado por algún o algunos miembros de la familia Barrera. Contiene anécdotas de Raúl Emiliano Barrera Jure, Hernán Lara Zavala, Raúl Antonio Rosado Barrera, Rafael Enrique Barrera Jure, Mara Eugenia Durán Rosado, María Eugenia Rosado Barrera, María del Carmen Barrera Zoreda, Beatriz Rosado Medina, Adda Minelia Barrera Barrera Bustillos, Gladis Barrera Fajardo, Robert Barrera Bolio, Albert Barrera Bolio, Jorge Armando Barrera Jure, Hector Manuel Barrera Jure, Carlos Roberto Barrera Jure, Víctor Oswaldo Barrera Jure, Diana Torre López, Diana Barrera Torre, Bertha Margarita Bolio Castellanos, Paul Michel Barrera Bolio y Carlos Roberto Barrera Jure.
Como el lector observará, el señor Barrera Jure es un investigador muy tenaz y acucioso. Dice el licenciado Barrera Jure:
“Cuando miro al pasado, siempre que recuerdo las anécdotas familiares, se dibuja una sonrisa en mi rostro y provoca en mí emociones de gratitud, alegría, interés, esperanza, orgullo, diversión, inspiración, asombro y amor. Esos buenos momentos que hemos compartido con personas altamente significativas o que hemos vivido al máximo, se convierten en una energía positiva.
”Los recuerdos son como huellas que dejamos en el camino de la vida. El escritor y humorista alemán Jean Paul Richter (1763-1825) dijo que “El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados”. Y así lo creo, los recuerdos son solo nuestros, nuestro paraíso.
Debemos crear recuerdos cada día. Desenfoquémonos del estrés diario y enfoquémonos en lo que es más importante: pasar tiempo con nuestros seres queridos.
Cada día es una hoja de papel limpia, lo que escribimos en ella depende de nosotros. Tomemos crayolas y dibujemos sonrisas. No esperemos el mañana para hacerlo. ¡Hagámoslo hoy!
La vida tiene mucho que ofrecer y, como dicen, lo mejor es siempre gratis. Les comparto, con sumo placer, este Anecdotario de los Barrera que trae, sin duda alguna, hermosos, simpáticos y agradables recuerdos memorables con nuestra familia que logran transformar positivamente nuestro estado emocional. Incluso, recordar estos momentos será un espléndido recuerdo.
“La vida no es lo que uno vive, sino lo que recuerdas para contarla”, Gabriel García Márquez.