Luis Carlos Coto Mederos
Manuel Navarro Luna
II
637
Soñar es andar
Soñar es andar. Soñar
puede cualquier peregrino.
Pero hay que tener camino
para poder caminar.
Más que los pies para andar
y los ojos para ver,
lo que hace falta tener
es camino, duro o blando,
para poder ir cantando
hacia el nuevo amanecer.
Tal vez no puedas llegar
a la estación preferida;
pero si toda tu vida
es un noble caminar,
nada te podrá quitar,
aún lejos de la estación
soñada, la posesión
del camino recorrido,
y ya extendido, extendido
en tu propio corazón.
Quien el camino ha ganado
lo lleva adentro. Después
no necesita los pies
para caminar. Sentado
sobre su propio costado
puede andar, con paso fuerte,
y aunque el camino despierte
a la mañana florida,
por dentro viene la vida
sin la muerte.
Soñar es andar. Si afinas
tu sentir verás que cuando
caminas estás soñando
y cuando sueñas caminas.
Y si al andar iluminas
algún oscuro barbecho,
también puedes algún trecho
de la vida iluminar
si tú pones a soñar
los latidos de tu pecho.
638
Si es buena la sementera
Si es buena la sementera
un solo grano te basta,
teniendo siempre en el asta
tu bandera.
Y como la primavera
no es del surco abandonado,
sé tú un surco trabajado;
sé cuna de tu simiente,
ya convertida tu frente
en la fuerza del arado.
No es el arado quien ara,
sino el brazo que lo guía.
Como tampoco es el día,
sino la luz que él depara
la que ilumina la cara
del surco, donde el amor,
siendo amor, es el sudor
en espigas convertido.
¡No hay surco que no sea nido
de la flor!
Los muchos años tal vez,
nos dejen una honda herida.
Pero en una frente ardida
por el amor no hay vejez.
Así, en el surco tú ves,
aunque no haya luz ni trino,
que nada importa al destino
de una cosecha bastante,
que se canse el caminante
si no se cansa el camino.
El que sabe caminar,
caminando siempre llega.
Hasta la paloma ciega
sabe a su nido volar.
Mas no puedes descansar
por muchos que sean tus años;
por hondos que sean los daños
del camino que te dejo,
y del que nunca me alejo,
aunque todos me abandonen,
pues para el camino joven
ningún caminante es viejo.