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Cultura

Ecos de mi tierra

Luis Carlos Coto MederosJosé Orpí Galí

III

1768Ejes quebrados

El tiempo blande su espada

de asombro sobre la vida

y en singular estampida

vierte su miel demorada

sobre el silencio y la nada.

Urde a su paso colores

vicio, impaciencia, temores

simulando en la balanza

la exactitud de su danza

el arcano y los terrores.

Así el hombre gira inerte

sobre los ejes quebrados

de espacios desmantelados

por donde cruza la muerte

en las garras de la suerte

que lo convierte en suicida.

Mientras se cura la herida

de una razón extraviada

el tiempo blande su espada

de asombro sobre la vida.

1769

Inquietud de la palabra

Palabra cristal ¿adónde

se estremece tu poder

en el intento de ser

más que designio, quien ronde

el secreto que se esconde

en tu atormentado sino?

¿No eres virtud, roca, vino,

sobre la sangre que acecha

para burlar la maltrecha

definición del camino?

¿Por qué asir el desatino

cuando tu voz se deshace

y dejar que el tiempo arrase

tu propia verdad, destino

del simulante adivino

escondido en la derrota?

Vuélvete fe que no agota

su juramento y reclama

la más asombrosa llama

para la luz que te azota.

1770

Espejos

Formas reales y ausentes

espejos de nuestras vidas

que con su magia atrevida

cruzan los míticos puentes

el azar, los concurrentes

espacios de tierra y cielo

y tras su estático velo

nos devuelven la impotencia

el asombro, la incoherencia

en el susto de un reflejo.

Un espejo me desvela

cuando se asusta la muerte

dejándome casi inerte

en la penumbra que cela

mis abismos, la cautela

el dédalo astuto y frío.

Parto en dos el desvarío

y ante la imagen desnuda

me despojo de la duda

y me abandono en el río.

1771

Página del diario

Emulo del solitario

quisiera encontrar la barca

que el sol en su avance marca.

Día 6, nota en mi diario:

le devuelvo al diccionario

la palabra libertad.

No quiero la eternidad

convertida en pesadilla,

sino la frágil semilla

que me germina la edad.

Robinson soy, no recuerdo

cuánto tiempo estuve ausente

y el mar que cruza mi frente

es el naufragio en que pierdo

mi isla, mi sol ¿estoy cuerdo?

No me preocupan la gloria

ni la absurda desmemoria:

Día 10, nota en mi diario:

me extravié en el calendario

soy uno más en la historia.

1772

Fábula de la locura

Trasponiendo mis sentidos

se aproxima la locura

–nube de sal insegura–

que entre confusos sonidos

acelera los latidos

y presagia la tormenta.

Noche letal se alimenta

de su jugo y de su aroma

mientras la inquietud asoma

su máscara macilenta.

Quiero gritar, pero el grito

se me transforma en cortante

quejido, huella anhelante.

Busco la luz y repito

las ausencias como un rito.

La locura en su estrabismo

disloca –torpe egoísmo–

la piel de toda cordura

y enredada en mi estatura

salta conmigo al abismo.

1773

Retrato de familia

Mi madre sueña una casa

bajo la lluvia y el viento

que no desangre su aliento.

En un viejo mapa traza

la ruta fiel que la enlaza

con la absurda realidad.

Mi padre en la oscuridad

hurta semillas de antaño

queriendo tornar lo extraño

que no admite su verdad.

Abuela teje una alfombra

con pájaros de osadía

y descubre el mediodía

empañado con la sombra

de un mal que apenas se nombra.

Yo los contemplo callado

sin sospechar que a mi lado

desde un mundo sin esfera

el tiempo en loca carrera

su presencia ha devorado

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