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Cultura

Múulmeyaj mundial sobre el coronavirus

Jaime Novelo González

Presentación del problema, dentro de un protocolo maya introductorio que procede.

Antes, mínimo 300 años antes del Agora griega, divulgada como el inicio de la democracia, los mayas practicaban el método democrático en sus aldeas para tratar asuntos de interés colectivo. Hablamos del múulmeyaj que, metodológicamente, es la esencia de la educación maya auténtica, la cual da sentido humanista a todas las expresiones de la cultura maya. Veamos por qué: la exitosa democracia maya, eternamente ejemplar, se basa en que cada asunto a tratar en colectivo se transforme en decisiones consensuadas, para actuar en pos de soluciones; siendo imprescindible, que todo voto tenga voz de identidad personal, suficientemente informada acerca del tema o propuesta a votar. Entonces, filosofía, ciencia, religión, informaciones e investigaciones; unidas a rituales, hábitos y costumbres, responden al fundamento educativo de facultar al maya individual; respetando su k´in de nacimiento y respetando sus aniversarios cumplidos, mediante los precisos roles establecidos en colectivo, para las etapas mayas de la vida individual.

Veamos un ejemplo elocuente: desde antes del matrimonio los mayas aplicaban educación-cultura, para premeditar en cierta medida la calidad de la identidad de sus futuras simientes humanas. Las bodas tenían establecido muchos requisitos previos, siendo el principal que las selecciones de parejas nunca fueran al margen de un análisis profesional eficiente sobre la naturaleza de los progenitores, centrada en sus respectivos K´in de nacimiento; donde estaban precisados sus potenciales biológicos y de personalidad, mismos que influirían en los rasgos de una prevista futura formación educativo-cultural para cada individualidad procreada. La garantía de tales previsiones estaba en acreditados profesionales especializados, llamados casamenteros, Aj atánsajo´ob. Efectivamente, entre los mayas, desde antes del nacimiento, funcionaba el accionar educativo-cultural; guiado por el paradigma clave de la educación integral maya, que dicta garantizar protagonistas humanos aptos, motivados y enfocados para emitir votos, sustentados en voz con contenido suficientemente personalizado, durante todos los múulmeyaj en que participarían de por vida.

La actual pandemia de coronavirus ha convocado en pleno a la humildad humana, nos convoca a estar abiertos a las revisiones de conducta que fuera necesario efectuar. La aldea mundial necesita hacer un múulmeyaj sobre el coronavirus y todos sus mensajes de posibles futuros desagradables, basados en nuevas pandemias por venir. Pero la humanidad no ha sido preparada (educada) para reuniones tan masivas y auténticamente humanistas como los múulmeyaj, menos aún para una al nivel de toda la aldea global. Entonces, la primera acción que procede debe ser una capacitación emergente, asequible a todas las personas del mundo o, como mínimo, a una masa crítica suficiente de ellas. Lo principal de tal capacitación se basa en principios educativos mayas que son los siguientes: 1.- Se requiere que todo voto emane de una persona que ha comprendido que ya no puede seguir tan alejado de su autenticidad individual (k´in de nacimiento), como para hacer cierta la afirmación, hoy reconocida, de que su personalidad responde a un 98 por ciento de programación externa. 2.- Se necesita convertir en verdad propia, las visiones que personalmente teja cada cual, con los hilos de informaciones externas, con creaciones mentales, con sensibilidad y espiritualidad abierta y libre de programaciones supersticiosas, que buscan siempre dejar las responsabilidades pesonales fuera de nuestra voluntad. Cada cual necesita informarse suficientemente, en forma y contenido, para que sus próximos votos en diversos aspectos del tema convocado, tenga voz individual de calidad. 3.-Debe meditarse y pensarse acerca de una elemental afirmación maya milenaria, parafraseada con interculturalidad: el equilibrio armónico de la vida en el planeta, en su punto de manifestación de las especies que deben coexistir en equilibrio, responde a un pacto de vida que se fundamenta en la supervivencia, la adaptación y una evolución consecuente.

Las interacciones entre los especímenes naturales tienen la justa y precisa violencia de aplicar los principios de la selección natural que desecha a los menos aptos, para que procreen los más facultados. Entonces debemos admitir que si continuamos impotentes, como hoy lo estamos, sin resolver la tarea urgida de rescatar nuestra identidad personal; tarea que rudamente nos está remarcando el actual coronavirus y sus mensajes; entonces, por fundamento biológico, sólo existirán dos alternativas: o nos volvemos más aptos o sufriremos consecuencias indeseadas que escapan a nuestra voluntad.

Pensemos y meditemos, los que nos sintamos motivados hacia la intención de tomar asiento para un urgido múulmeyaj mundial, sobre el coronavirus y sus mensajes; listos para votar con auténtica voz, emanada de una identidad personal plena, que se halla preparado para opinar en la multitud de temas sobre los que urge votar, acreditar acuerdos, instrumentar legalidad y establecer garantías de cumplimiento, para que todo lo que sea acordado al respecto, alrededor del coronavirus y sus mensajes, se concrete.

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