Marco Antonio Sánchez Solís
La polémica rondó el partido de “ida” de los cuartos de final de la Liga Estatal de Primera Fuerza de Fútbol que se diputó en el campo de “Pick” de Dzan, donde las Chivas locales derrotaron 1-0 a los Warriors FC.
Un penal claro que no se marcó y un más que polémico y un dudoso gol que sí se marcó, fue lo que apareció en un encuentro que fue muy parejo, con oportunidades en ambas porterías y donde reinaron las defensas.
La victoria pudo ser para cualquier lado, el encuentro fue muy apretado, ambos se merecieron el triunfo, aunque la victoria no se vio afectada, ya que fue merecida y las fallas no fueron culpa del rebaño, pero se convirtió en polémica.
Al principio del partido, un pase a profundidad de Marco “Maromero” Alvares a la entrada en diagonal de José Meza quien se paró sólo frente al portero Luis Girola, pero el defensa Jesús Peralta se lanzó desde la “tercera” cuerda por atrás, aplicándole una “tijera” sin tocar la pelota, en una clara falta dentro del área que no vio el central Antonio Cab.
La otra jugada polémica llegó hacia el final del encuentro, después de armarse una serie de rebotes en el área de los belicosos, al minuto 80, vino un disparo de Fernando Fernández que claramente José Meza, quien estaba en la línea de gol, la sacó delante de esta.
Después de dudar por unos segundos, el asistente uno, Raúl Escalante, que no se encontraba en la mejor de las posiciones, ya que la velocidad de la jugada le gana, la marca como un gol.
Al final del encuentro, cuando los silbantes se encontraban haciendo la cédula, un jugador de los Warriors, Moisés Rodríguez, se acercó a reclamar, aunque sin gritarles, por la mala ubicación del abanderado.
Los enviados por la Liga intervinieron para llevarse al jugador, y evitar mayor problemas, pero un silbante de la Comisión de Arbitros, que no estaba trabajando, sino estaba en bermudas y con una camisa del Barcelona, en lugar de calmar las cosas comenzó a gritar al jugador que la pastillas ya le comenzaron a hacer efecto, lo cual dijo en reiteradas ocasiones, insinuando que el jugador estaba dopado, sin pruebas, lo que volvió a calentar las cosas, que de nuevo fueron calmadas por la directiva.