La FIDE habla sobre el racismo en el Ajedrez Mundial
Juan Diego Casanova Medina
En el ajedrez, los contendientes juegan con piezas de dos colores: blancas y negras. El único privilegio que tienen los trebejos albos es realizar la jugada inicial, pero fuera de esto todo es igualdad.
Este concepto que se promueve en el ajedrez, forma parte del postulado de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, por sus siglas en francés), que sigue al pie de la letra su lema “Gens una sumus” (Somos una familia).
Por esa razón, el racismo, flagelo de la humanidad que ha sido puesto sobre la mesa en las últimas semanas, no tiene cabida sobre el tablero.
El presidente de la FIDE, el ruso Arkady Dvorkovich, a través de un comunicado, condena el racismo en los términos más enérgicos y defiende la no discriminación como uno de los pilares fundamentales del Movimiento Olímpico al que pertenece el organismo que dirige.
“En el tablero de ajedrez, las diferencias de edad, sexo, religión, color o condición económica se vuelven irrelevantes, simplemente desaparecen. Inmediatamente desarrollas algo de respeto por una persona con la que intercambias ideas a un nivel tan profundo”, enfatiza el líder de los ajedrecistas en el mundo.
Sus declaraciones fueron en atención a consultas que se le hicieron sobre la política de la FIDE respecto a la discriminación racial y cómo maneja el organismo los casos que se presentan.
Previo a ello, Pontus Carlsson, Gran Maestro sueco de origen colombiano, reveló que durante muchos años, por su color de piel, ha sido víctima de expresiones de racismo y discriminación en Alemania y otros países donde lo han llamado “negro” y “mono de mi…”.
El “demonio”, como el cineasta Jordan Peele define al racismo, cobró actualidad en varios países a raíz de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Estados Unidos. Eso incendió a esa nación, que ha registrado manifestaciones de protesta en decenas de ciudades.
La mayoría de los incidentes (racismo y discriminación), ocurren al margen de las competiciones, sostiene la FIDE. “En los torneos de ajedrez, nos enorgullece decir que los incidentes son mínimos y nos mantendremos alerta para evitarlos”, aseguró.
Subraya que la mejor contribución que la FIDE puede hacer contra el racismo es seguir trabajando para llevar el ajedrez a las escuelas y honrar su lema: “Genus una sumus”.