QUITO, Ecuador, 11 de octubre (AFP/EFE).- Los indígenas que protestan en Ecuador rechazaron el viernes una oferta del presidente Lenín Moreno de abrir un diálogo directo, tras al rebrote este viernes de la violencia en las manifestaciones contra ajustes económicos pactados con el FMI.
“Es indispensable frenar la violencia. Hay que encontrar soluciones”, clamó Moreno después del llamado de la dirigencia a radicalizar las acciones después del fracaso de una primera tentativa de acercamiento a instancias de la ONU y la Iglesia católica.
Sin embargo, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) consideró que la propuesta oficial “carece de credibilidad” y reiteró que solo se sentará a conversar “cuando se derogue” el decreto que eliminó subsidios y encareció los combustibles en hasta 123%.
Este viernes los disturbios se reactivaron con fuerza en los alrededores de la sede del Legislativo, que había sido asaltada brevemente por los indígenas el martes, y en otro punto céntrico de Quito.
Los manifestantes lanzaron piedras y pirotecnia a los uniformados que respondieron con gas lacrimógeno y proyectiles de goma. Vehículos antimotines avanzaron sobre encapuchados que llevaban lanzas y escudos de madera.
“¡Asesinos!”, gritaron los indígenas. Fotógrafos de la AFP registraron el traslado de heridos en camillas improvisadas por los manifestantes. También otras imágenes captaron a indígenas trepando por edificios públicos, mientras militares se atrincheraban a las afueras de la Asamblea Legislativa.
Desde que estallaron protestas hace diez días han muerto cinco civiles y se registran unos 2.000 heridos y detenidos, según la Defensoría del Pueblo.
Era de esperar
Moreno, que días antes se mostró confiado en un “pronto” arreglo, sigue la crisis desde el puerto de Guayaquil, adonde trasladó la sede de gobierno después de declarar el estado de excepción y enviar las Fuerzas Armadas a contener las protestas.
El descontento social con sus reformas económicas sumió en una espiral de caos a Quito e interrumpió el transporte de petróleo -la mayor fuente de divisas- por el principal ducto a causa de la ocupación de pozos en la Amazonía.
Además del fin de subsidios, las medidas prevén recortar derechos a empleados públicos.
Washington, a través de un comunicado del secretario de Estado, Mike Pompeo, apoyó al presionado gobierno ecuatoriano y sus “necesarias” reformas.
“Reconocemos las decisiones difíciles tomadas por el gobierno de Ecuador para (…) promover un crecimiento económico duradero”, añadió el responsable.
La Conaie exige que los ajustes sean derogados. “A los países que firmaron acuerdos con el FMI les fue mal”, dijo Diego De la Vega, un universitario de 24 años que se sumó a las protestas indígenas.
En el poder desde 2017, Moreno enfrenta su mayor crisis debido a préstamos por 4,200 millones de dólares que contrajo con el FMI para aliviar el pesado déficit fiscal que achaca al derroche, endeudamiento y corrupción del gobierno de su antecesor y exaliado Rafael Correa.