La decisión del presidente francés Emmanuel Macron de reconocer oficialmente al Estado palestino ha desatado una ola de críticas en Israel.
Este viernes, el presidente Isaac Herzog afirmó que dicho reconocimiento “no promoverá la paz en Medio Oriente ni ayudará a derrotar el terrorismo”, y acusó que tampoco contribuirá a liberar a los rehenes israelíes en manos de Hamás.
“La declaración del presidente francés no ayudará a traerlos a casa más pronto”, expresó Herzog en una publicación que incluyó imágenes de ciudadanos israelíes secuestrados.
La postura fue respaldada por el primer ministro Benjamín Netanyahu, quien advirtió que un Estado palestino bajo las condiciones actuales “sería una plataforma para aniquilar Israel”.
Por su parte, el ministro de Exteriores Gideon Saar calificó la acción como “un premio para Hamás” y señaló que esto podría endurecer las posiciones del grupo islamista en las negociaciones, prolongar la guerra y aumentar el sufrimiento en Gaza.
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Estados Unidos y Alemania también rechazan el reconocimiento
El gobierno de Estados Unidos expresó su rechazo categórico a la decisión francesa. El secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que se trata de una medida “irresponsable” que representa “una bofetada para las víctimas del 7 de octubre”.
Mientras tanto, Alemania dejó claro que no considera oportuno el reconocimiento de Palestina en este momento, señalando que debe ser una etapa final dentro de un acuerdo de dos Estados.
Mahmud Abás y países árabes celebran la medida
Por el contrario, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, calificó la decisión de Macron como una “victoria para la causa palestina”, agradeciendo el respaldo al pueblo palestino.
Países como Arabia Saudita, Qatar y Kuwait aplaudieron también la medida, alentando a más naciones a seguir el ejemplo francés.
Francia formalizará el reconocimiento de Palestina en la próxima sesión de la Asamblea General de la ONU en septiembre, sumándose así a 148 países que ya reconocen un Estado palestino.
La tensión diplomática entre aliados tradicionales y posturas divergentes vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la viabilidad de la solución de dos Estados.
IO
