En México, la clase media concentra a poco más de cuatro de cada diez hogares. Así lo reveló el estudio experimental “Cuantificando la Clase Media en México”, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el cual estima que 42.2 por ciento de los hogares del país se ubica en este estrato social, lo que equivale a más de 47 millones de personas.
El informe busca ofrecer una aproximación más amplia sobre la estructura social del país, en un contexto marcado por cambios en los ingresos, el consumo y el costo de vida, especialmente en alimentos y servicios básicos.
¿Qué características definen a la clase media?
De acuerdo con el Inegi, una persona considerada dentro de la clase media suele contar con empleo estable, una vivienda con condiciones de seguridad, así como la posibilidad de ahorrar, planear a futuro y realizar actividades recreativas como salir de vacaciones.
Estas características, más allá del ingreso, reflejan cierto nivel de estabilidad económica y social.
No obstante, el propio instituto reconoce que no existe una definición universal de “clase media”, ya que muchas mediciones se enfocan únicamente en el ingreso corriente y dejan fuera variables como el acceso a salud, educación, patrimonio o protección social.
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¿Cuánto se gana si perteneces a la clase media?
En términos de ingreso, el estudio señala que un integrante de la clase media percibe alrededor de 20 mil pesos mensuales.
En contraste, las personas ubicadas en la clase baja registran ingresos promedio de 11 mil 343 pesos al mes, mientras que en la clase alta el ingreso ronda los 77 mil 975 pesos mensuales.
Estos datos evidencian una brecha significativa: el ingreso de la clase media es casi el doble que el de la clase baja, pero resulta muy inferior al de los sectores con mayores recursos, lo que refleja la desigualdad persistente en la pirámide social mexicana.
Canasta alimentaria y presión sobre los ingresos
El Inegi también subraya la importancia del costo de la canasta alimentaria como indicador clave para medir pobreza y bienestar.
En zonas rurales, una persona en pobreza extrema requiere destinar cerca de mil 856 pesos mensuales para alimentos, mientras que en zonas urbanas el monto supera los dos mil 450 pesos, debido principalmente a mayores costos de distribución.
El instituto advirtió que el aumento en los precios de productos básicos, como carne y bebidas, ha impactado de forma más severa en las ciudades, lo que presiona los ingresos de los hogares y eleva el riesgo de pobreza urbana.
Desigualdades regionales y pobreza laboral
La pobreza extrema se concentra principalmente en entidades del sur del país, como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, lo que confirma las profundas desigualdades regionales. A ello se suma la llamada pobreza laboral, que ocurre cuando los ingresos del trabajo no alcanzan para cubrir la canasta alimentaria del hogar completo.
En este escenario, el estudio del Inegi ofrece una radiografía clara: la clase media ha crecido, pero enfrenta retos estructurales relacionados con el costo de vida, el empleo y la desigualdad, factores que seguirán marcando el debate económico y social en México.
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