
En un momento histórico para el país, por primera vez, desde los tiempos de Benito Juárez, un representante de los pueblos originarios llega a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), luego de ser electo en las pasadas elecciones judiciales del mes de junio.
Hugo Aguilar Ortiz, electo ministro con una mayoría inesperada para el análisis político tradicional, no oculta el peso simbólico de su llegada: “Yo no voy a dejar mi identidad para ser Ministro; voy a ser un Ministro con la identidad con la que llego”, afirmó el futuro togado en entrevista exclusiva.
Un giro en la historia judicial mexicana
La reforma judicial de 2024 rompió con la lógica de las designaciones a puerta cerrada. Antes, las máximas figuras del Poder Judicial Federal eran nombradas por el Ejecutivo y ratificadas por el Senado, mientras jueces y magistrados surgían de un órgano interno y, en muchos casos, se registraba un abierto nepotismo sin mayores consecuencias.
“Era una elección indirecta, reservada a quienes tenían vínculos con la élite judicial o la clase política”, explica Aguilar. La nueva norma, asegura, abre la puerta para que la ciudadanía decida directamente.
En su caso, el respaldo fue masivo, sobre todo en comunidades rurales que rara vez son incluidas en encuestas o debates mediáticos.
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“Los sectores que no figuran en estadísticas, que no tienen señal telefónica, se activaron. Ellos hicieron suya la candidatura”, cuenta.
De activista a ministro
La elección de Aguilar tomó por sorpresa a muchos, pero él no es un desconocido para las comunidades con las que ha trabajado durante más de tres décadas. Su trayectoria lo ubica como defensor de los derechos indígenas, de las mujeres, campesinos y jornaleros.
“Siempre he estado ligado a la defensa de la autonomía y de la tierra”, asegura, al recordar que muchos de los casos que litigó fueron “emblemáticos” y desafiaron la interpretación tradicional de la justicia.
Ese trabajo, asegura, es la base de su independencia: “No hice compromiso con nadie. Los que votaron por mí lo hicieron por una opción que viene de abajo”, manifestó.
El reto de implementar los derechos indígenas
El nuevo Presidente de la Suprema Corte de Justicia reconoce que la reforma constitucional que otorgó personalidad jurídica plena a las comunidades indígenas es un avance, pero advierte que el verdadero desafío está en su implementación. La resistencia, señala, no es menor.
“Hay una visión que mantiene a los pueblos como sujetos de asistencia, sin capacidad de decisión. Pero también hay otra que los reconoce como entes plenos, con derecho a administrar recursos y ejecutar obra pública”, destacó.
En la agenda de prioridades de Aguilar figura la idea de armonizar la autonomía indígena con las competencias municipales y estatales, con el fin de avanzar hacia un Estado “pluricultural” que refleje su diversidad en leyes e instituciones.
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Usos y costumbres vs. derechos humanos
Uno de los debates más complejos se da cuando las tradiciones chocan con la protección de los derechos, como en casos de matrimonios infantiles. “No es un uso y costumbre casar niños ni vender mujeres. Lo que hay son distorsiones provocadas por la pobreza y el crimen organizado”, aclara con firmeza. En esos casos, sentencia, debe haber “tolerancia cero”, señaló el abogado.
Aguilar ha propuesto revisar símbolos como la toga judicial para reflejar la diversidad cultural del país. “Al llegar un indígena a la Suprema Corte implica marcar una diferencia. No se trata de romper solemnidades, sino de que mi identidad también esté presente en la institución”, externó.
Sobre el juicio de amparo, reconoce su valor, pero advierte que el formalismo excesivo deja fuera a campesinos, mujeres y afromexicanos sin recursos que no cuentan con abogados especializados: “Hay que flexibilizar esto y enfocarlo en los derechos fundamentales, no saturarlo con casos fiscales o administrativos”.
En cuanto a figuras como los jueces sin rostro o la prisión preventiva oficiosa, pide prudencia y análisis caso por caso, buscando equilibrio entre seguridad, debido proceso y derechos de las víctimas.
Mirando hacia adelante
Entre otras prioridades, Aguilar dijo que buscará reducir el tiempo de las sentencias, atender a personas presas sin resolución y garantizar que la justicia tenga perspectiva social.
El abogado lanzó incluso una invitación a la ciudadanía: “Hagan llegar a la Corte los casos concretos que conozcan, para revisarlos”.
A quienes temen un activismo judicial que rompa con la legalidad, responde con serenidad: “la Constitución y las leyes nos rigen. Lo que busco es una justicia que saque de la marginación a los sectores vulnerables”.
Su mensaje final es tan claro como el mandato que recibió: “vienen nuevos tiempos para la justicia en México. Y esta vez, la voz de los pueblos estará en la mesa donde se deciden los rumbos del país”, finalizó.