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Opinión

Escándalo político

Alfredo García

El estrago humanitario causado por la pandemia de coronavirus en Estados Unidos no detiene el autoritarismo del presidente Donald Trump, implicado en un nuevo escándalo político.

El pasado viernes Trump informó a Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes, su intención de despedir al Inspector General para el Departamento de Estado, Steve Linick.

“Es vital que tenga la mayor confianza en los nombrados que sirven como inspectores generales. Ese ya no es el caso con respecto a este inspector general”, afirmó Trump en una carta dirigida a Pelosi.

La ley federal obliga al Ejecutivo a notificar al Congreso el despido de un Inspector General, con 30 días de antelación. Linick comenzó su mandato como Inspector General para el Departamento de Estado el 30 de septiembre de 2013, durante el gobierno de Barack Obama.

Como Inspector General es el más alto funcionario responsable de identificar riesgos operativos dentro del Departamento de Estado y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Global, que incluye más de $ 70 mil millones de dólares, evaluando la suficiencia de los controles internos y llevando a cabo investigaciones administrativas y penales de despilfarro, fraude, mala gestión y mala conducta.

Trascendió que poco después de enviada la carta, el representante Elliot Engel, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, informó que Linick había abierto una investigación sobre el secretario de Estado Mike Pompeo.

Según medios de prensa, la pesquisa fue motivada por sospecha de que Pompeo utilizaba indebidamente a los diplomáticos a su cargo para asuntos personales.

“Este despido es el acto indignante de un presidente que intenta proteger a uno de sus partidarios más leales, el Secretario de Estado, de la responsabilidad,declaró Engel.

“El despido de Linick en medio de una investigación de este tipo sugiere fuertemente que este es un acto ilegal de represalia”, agregó el legislador.

“El presidente cree que está por encima de la ley. A medida que elimina sistemáticamente a los guardianes independientes oficiales del Poder Ejecutivo, el trabajo de la Comisión de Asuntos Exteriores se vuelve mucho más crítico.

En los próximos días investigaré este asunto con mayor detalle y presionaré al Departamento de Estado para obtener respuestas.

Agradezco al Sr. Linick por su distinguido servicio”, concluyó Engel. Linickes el tercer alto funcionario independiente responsable de supervisar la conducta del gobierno, destituido en las últimas semanas.

El pasado mes Trump cesó a Michael Atkinson, Inspector General de la comunidad de Inteligencia. Atkinson fue quien alertó al Congreso sobre la denuncia que condujo al juicio de destitución de Trump.

Recientemente despidió a Rick Bright, jefe de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado, agencia a cargo del desarrollo de una vacuna contra el coronavirus.

La cadena CNN, citando a un alto funcionario del Departamento de Estado, informó que el propio Pompeo recomendó la destitución de Linick y eligió personalmente como su sustituto a Stephen Akard, un ex asistente del vicepresidente, Mike Pence, y actual director de la Oficina de Misiones Extranjeras en el Departamento de Estado.

El senador republicano Mitt Romney criticó con dureza la decisión de Trump: “Los despidos de múltiples inspectores generales no tienen precedentes; hacerlo sin una buena causa enfría la independencia esencial para su propósito. Es una amenaza para la democracia responsable y una fisura en el equilibrio constitucional del poder”, escribió Romney en Twitter el pasado sábado.

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