Por Yolanda Gutiérrez
Un fuerte olor a solventes recibió el sábado a los bañistas que visitaron Playa Marlín donde, como en otros balnearios públicos Blue Flag, trabajadores del municipio se afanaban en dar una manita de gato de cara a la recertificación de banderas, que tendrá lugar el próximo lunes.
Esta calificación sólo se otorga a playas que tienen alta calidad del agua, educación ambiental, seguridad y servicios a los turistas, para lo cual se deben cumplir un total de 33 criterios, entre ellos los relativos a información y educación ambiental, calidad del agua, seguridad y servicios y gestión ambiental.
Como de costumbre, el municipio se duerme. Durante meses ha dejado en el olvido los balnearios Blue Flag sin imprimirles el menor mantenimiento, hasta el punto que en la mayor parte de las playas con el distintivo las torres de vigilancia de los guardavidas están para llorar, incluso la integridad física de los rescatistas corre peligro ante lo endeble de algunas estructuras, como la de playa Coral, cuya escalera apenas está sujeta por unos pedazos de madera.
Los andadores, también de madera, que se habilitaron en playas certificadas como Ballenas y Marlín presentan un aspecto sucio y deteriorado, faltan algunos tablones y varios clavos sobresalen del piso, lo que podría implicar incluso que algún bañista descalzo sufriera un accidente.
La mañana del sábado, personal de Zofemat se apuraba en componer lo descompuesto, asegurar los barandales de los accesos, que en algunos puntos son tan precarios que se cimbran al contacto de una mano, y dar una mano de pintura color café a los despintados y descoloridos andadores de acceso a Marlín.
La misma situación se apreció en otros balnearios Blue Flag e incluso en Las Perlas, donde por muchos meses los guardavidas se han quejado de las precarias condiciones de la torre de vigilancia, sin respuesta positiva por parte del municipio y más concretamente de la Zofemat, los trabajadores se abocaban a componer el techado, al cual le faltaba un pedazo.
“Es indignante que las autoridades permitan que las instalaciones se echen a perder sin darles el mínimo mantenimiento y ahora que llega el proceso de certificación se acuerden de las playas Blue Flag, cuando se supone que el mantenimiento debe ser continuo”, expresó Carlos Interián, prestador de servicios en playa Marlín.