De la Redacción
Tomás V., alias el } construyó toda una estructura de protección y blindaje en Isla Mujeres, para desde ahí operar una de las principales redes de tráfico de personas dentro del país.
Durante más de 10 años, el recientemente detenido forjó una infraestructura delictiva que llega a todos los ámbitos de la sociedad isleña, donde aparentemente no sucede nada relativo a la inseguridad
Sin embargo, detrás de esa máscara de tranquilidad y paz cobijada por las aguas cristalinas del Caribe mexicano, el “Tomasito” construyó un imperio de tráfico de indocumentados desde Cuba a Estados Unidos.
Entre los principales casos que se tiene conocimiento del líder de esta red, está la del beisbolista profesional hoy miembro de los Rojos de Cincinati en las grandes ligas (MLB por sus siglas en ingles) Yasiel Puig, quien fue sacado desde la isla de Cuba, resguardado en Isla Mujeres y Cancún, para el final ser llevado a Los Ángeles, California donde logró el primer gran contrato lucrativo de su carrera profesional.
Este ejemplo es uno de miles de casos donde Isla Mujeres fungió como una fortaleza de indocumentados, donde ninguna autoridad de los tres niveles de gobierno –hasta ahora, se atrevió a desarticular la red.
Los antecedentes
A mediados de la década pasada, el grupo de Los Zetas tomó el control de las actividades de tráfico de indocumentados, principalmente de ciudadanos cubanos, en Isla Mujeres, Cozumel y Cancún, los tres puntos con más movimiento de este delito en el estado de Quintana Roo.
Fuentes del Gabinete de Seguridad explicaron que personas identificadas con la mafia cubano-americana fueron cediendo el control de esta actividad a Los Zetas, a partir del pago de derecho de piso o de enfrentamientos, en el que fueron perdiendo a sus principales operadores.
Dentro de este núcleo es mencionado una y otra vez en investigaciones Tomás V, alias “Tomasito”, quien también es relacionado con el robo de yates y partes de barcos en el Caribe mexicano.
Su nombre es una pieza clave en la red que opera desde hace más de diez años para el traslado de ilegales de Cuba a México, utilizando lanchas que modifican para que sean superiores a las de las autoridades marítimas mexicanas y cubanas.
La organización delictiva pacta el cruce de los ilegales con sus familiares en EEUU, y es responsable del tráfico de tres beisbolistas reconocidos (aparte del mencionado, no identificados por sus nombres) que actualmente se encuentran colocados en empresas patrocinadoras de beisbol en los Estados Unidos.
Los traficantes desembarcan a los isleños en diferentes puntos de la zona norte de Quintana Roo, como Isla Blanca, Isla Mujeres y la Zona Hotelera, después los llevan a casas de seguridad, donde iniciaba el complejo “trámite” delictuoso para llegar a Estados Unidos.