Por Ovidio López
ISLA MUJERES, 22 de septiembre.- Ultramar demuestra que goza de total impunidad y poder en las rutas de servicio público, no acostumbra solicitar permiso para dragar acceso a sus botes, así lo hizo en Punta Sam el año pasado, ahora lo hace por las noches en su infraestructura en Puerto Juárez.
Al finalizar el último viaje de servicio a Isla Mujeres, a las 23:30 horas, este sábado 21, los usuarios pudieron ver embarcación especializada (barcaza) para limpiar el canal lleno de sedimento y no tengan dificultad sus barcos para realizar sus maniobras.
“Ultramar dragando con un remolcador; se amarran (botes) al muelle y de ahí con las propelas erosionan el fondo marino”, fueron algunos de los comentarios por este hecho en medio de la oscuridad, un trabajo que suele hacer el consorcio naviero en estas condiciones para evitar ser avistado presumiblemente por la autoridad federal.
Amaneció este domingo la barcaza arrimada por la punta del muelle donde ascienden y descienden los pasajeros en el Gran Puerto. Aparecen también tres “boyas” donde se presume poca profundidad y ahí seguirían con los trabajos siguientes de dragado.
Ya lo había hecho en Punta Sam en 2018 para retirar el sedimento por el canal de acceso para la embarcación de carga-turismo que acaba de cumplir un año de iniciar servicios, desplazando a otra empresa, en medio de acusación al gobierno de Quintana Roo, a través de la Administración Portuaria Integral (Apiqroo), por permitir y tolerar sus acciones de prácticas monopólicas.
Ahora, Ultramar ya libró varias investigaciones que derivaron en sanciones económicas por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), ahora la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) estaría indagando nuevas denuncias en las rutas de comunicación a Cozumel e Isla Mujeres.
Ahora controla el 95 por ciento del movimiento de pasajeros en este último punto, convirtiéndose en su principal negocio por movilizar para finales del 2019 alrededor de 6 millones de pasajeros, una cifra que duplicó en sólo un lustro. Está en condiciones de acaparar al 100% de todo el movimiento, bajo el respaldo y apoyo del gobierno estatal.
La impunidad tolerada
A lo largo de los últimos tres sexenios federales, estatales y trienios municipales en este mismo lugar, ha tenido la protección y cuidado a este consorcio naviero para llegar a controlar las rutas de conexión Isla Mujeres como su principal fuente de ingreso para movilizar para este año 2019 seis millones de pasajeros, prácticamente ya sin rival.
A lo largo de estas dos décadas ha desbaratado cuatro empresas navieras que intentaron competir en este destino, los últimos fueron Marinsa y Marítima Isla Mujeres con el servicio de pasaje en Puerto Juárez y de carga-turismo en Punta Sam.
La impunidad no solamente ha significado tomar ventaja con no pagar la tarifa de uso de instalaciones de la Apiqroo, y si lo hace ha sido de manera simbólica por un acuerdo de pago suscrito en 2011 para cubrir el equivalente de centavos en lugar de cuatro pesos en las rutas Playa del Carmen-Cozumel y Puerto Juárez-Isla Mujeres.
Al ser descubierto, la Apiqroo ofreció cancelar ese acuerdo “leonino” en 2018, pero no se sabe nada al respecto, hay silencio oficial. Típico comportamiento con los casos de otros eventos como los dragados del canal de Punta Sam.
La Capitanía de Puerto Regional de Puerto Juárez y la Capitanía de Puerto de Isla Mujeres parece que le tolera casi todos sus actos impunes de esta naviera, al punto que parece “ordenar” a los empleados de estas dependencias y de la Apiqroo, según insistentes versiones internas.