Hasta el momento, en la Península de Atasta no se ha presentado ningún caso de COVID-19 y esto se debe a que los habitantes de esta microrregión están respetando las instrucciones giradas por la Secretaría de Salud a nivel federal, pero se está viendo que existe un total descontrol en la venta de bebidas embriagantes de forma clandestina; aquí las autoridades competentes, tanto del estado, municipal y locales deben tomar cartas en el asunto para evitar otro tipo de afectaciones en las familias de esta región, dijo Elio García Rodríguez, gestor social en la Península de Atasta.
Agregó que las familias de la Península están respetando las recomendaciones de la Secretaría de Salud, salen sólo para realizar la compra de alimentos o cuando se trata de alguna emergencia, la finalidad es protegerse contra el virus de SARS-COV-2 que está afectando a muchas personas en todo el país y en la isla de Carmen no es la excepción.
Apuntó que las personas que se enferman de otras situaciones acuden al Hospital de la comunidad de San Antonio Cárdenas, pero de forma inmediata a sus atenciones regresan a sus hogares, pues no quieren exponerse al contagio del virus que es letal; además, cuando inició la pandemia, los accesos al poblado de San Antonio fueron cerrados y sólo se podía ver a personas de ese lugar, en el mercado, en la tienda o ir al servicio médico, pero no se veía a toda la gente en las calles.
Preocupa venta clandestina de bebidas
Expresó que lo que le preocupa a la mayoría de las familias de San Antonio Cárdenas es la venta de bebidas embriagantes de forma clandestina, pues unas cuantas personas se han dedicado a ese comercio informal desacatando las instrucciones de las autoridades de la Secretaría de Salud, poniendo en riesgo a las personas que compran esos productos.
Dijo que las autoridades deben tomar cartas en el asunto, ya que las cerveceras y las personas que tienen esos negocios irregulares son los que se están haciendo de dinero, ya que una cahuama tiene un costo hasta de 100 pesos y el ‘six’, en 250 pesos, bebidas que son consumidas por varias personas, quienes después no tienen para alimentar a su familia pero sí exigen a las autoridades que les lleven despensas.
Finalizó diciendo que las autoridades municipales y estatales, así como agrupaciones civiles, están respondiendo a las necesidades de las familias de llevarles algunas despensas, pero esto no quiere decir que los padres de familia se gasten el poco ingreso que tienen en bebidas embriagantes en esta contingencia sanitaria, cuando lo primordial es el alimento y la salud de las personas.
(Texto: Fernando Kantún /
Foto: Especial)