
Trabajadores de Quintana Roo denunciaron que, a pesar de las altas temperaturas que superan los 40 grados y las intensas olas de calor, la exposición constante al sol ya se ha convertido en una rutina obligada. Pescadores, albañiles, promotores turísticos y jardineros coincidieron que, aunque el sol es cada vez más fuerte, la necesidad los obliga a seguir trabajando, especialmente en la tarde cuando el calor es más intenso.
Durante un recorrido se entrevistó a varias personas quienes dijeron que, aunque toman medidas para evitar daños, no les queda más que exponerse al sol durante varias horas. En el municipio Benito Juárez se registraron ayer temperaturas máximas entre 34 y 36 grados Celsius, con sensación térmica de 40. Por lo que existe el riesgo de que quienes se exponen por largos periodos al sol puedan sufrir un golpe de calor.
Elio, promotor turístico, destacó que durante la semana se ha sentido tranquilo debido a que el aire mitiga las olas de calor que se presentan en el arenal, pero debe hidratarse al menos cinco veces al día debido a la constante exposición al sol. “A pesar de eso, debo trabajar, si no, ¿quién lleva la comida a casa? Eso sí, me protejo con mi sombrero, uso bloqueador y trato de mantenerme lo más hidratado posible”, comentó.
Edilberto, pescador de Playa del Niño, dijo que las quemaduras son intensas debido a que suelen pasar entre cuatro y siete horas expuestos al sol durante la mañana y tarde; agregó que su oficio los ha hecho acostumbrarse a estas condiciones. Sin embargo, reportaron entre dos y tres casos de golpes de calor en la semana, aunque a pesar de ello deben continuar con sus labores.
Luis, albañil, detalló que se despierta a las cinco de la mañana para llegar a las obras donde labora de 7:00 a 13:00 horas a pesar de las altas temperaturas. Asimismo, agregó que “a veces es incómodo, porque para protegerme del sol uso manga larga y me cubro el rostro, lo que provoca mucho sudor y en ocasiones me falta el aire”. Después de un rato toman un descanso para hidratarse, ya que el esfuerzo físico diario y cargar peso le ha causado a él y otros compañeros mareos. Destacaron que, pese a las condiciones, continuar trabajando es una obligación.

David, jardinero en el área verde de la zona hotelera, expresó: “Ya hasta se perdió mi tonalidad natural después de estar bajo el sol durante cinco horas, pero debo seguir echándole ganas, no queda de otra”.
La exposición prolongada al sol, como la que enfrentan varios trabajadores, puede causar daños severos en la piel, incluyendo quemaduras, envejecimiento prematuro y un riesgo elevado de cáncer cutáneo, según especialistas consultados en dermatología.
JGH