
Durante un recorrido, se observaron tuberías de desagüe que descargan aguas residuales en la laguna. Así lo confirmaron Antonella Vázquez Cavadon, representante de la asociación Defendiendo el Derecho a un Ambiente Sano, y el biólogo Eduardo Cejudo Espinosa, quienes basaron sus señalamientos en un estudio técnico previamente realizado.
Una evaluación financiada por el Gobierno municipal —denominada Estudio de la Calidad del Agua en el Corredor Turístico de Cancún, elaborada en abril de 2021 por la empresa AyMA Ingeniería y Consultoría— reveló que existen descargas no reguladas provenientes de diversos establecimientos ubicados en la zona hotelera. El estudio fue contratado por el Municipio de Benito Juárez en conjunto con empresas turísticas, bajo el número de contrato MBJ-OFM-DRM-143-2020.
Desde hace décadas, el gobierno federal ha anunciado promesas para recuperar el sistema lagunar Nichupté, pero hasta ahora ninguna se ha concretado, denuncian los ambientalistas. A pesar de múltiples diagnósticos sobre la calidad del agua y el deterioro ecológico, el sistema sigue en riesgo debido a la falta de acciones efectivas.

El sistema Nichupté está conformado por cuatro lagunas principales —Bojórquez, Caleta, Laguna del Amor y Río Inglés—, además de dos canales que lo conectan con el mar. Sin embargo, sufre desde hace más de 40 años un deterioro progresivo a causa del tránsito de embarcaciones que vierten aceites y aguas negras, así como por descargas provenientes de hoteles y desarrollos inmobiliarios que han rellenado parte de su extensión, incluso para la construcción de un campo de golf.
El estudio de calidad de agua tuvo como objetivo identificar descargas irregulares en la zona turística y urbana. Se localizaron nueve vertimientos activos, 15 sitios con tuberías dirigidas a la laguna, 14 drenajes pluviales con salida hacia ese cuerpo de agua, y 10 puntos de derrame en registros de alcantarillado.
En un recorrido realizado por PorEsto!, se corroboró la presencia de tuberías con residuos visibles, hongos y aguas con mal olor, sobre todo en drenes pluviales. También se observaron manchas de aceite, restos de jabón flotando y rastros de derrames recientes.
El documento citado por los ambientalistas detalla que los 10 registros de alcantarillado afectados corresponden a cárcamos o líneas con sobreflujo por exceder su capacidad, situación que compromete la salud ambiental de la laguna Bojórquez y, por extensión, del sistema Nichupté.
JGH