
En lo que va del año, la entidad ha registrado 10 mil 83 casos de conjuntivitis, ocupando el primer lugar en la Península, por encima de Yucatán y Campeche, que han reportado 8 mil 769 y 4 mil 303, respectivamente. En las tres entidades, las mujeres concentran la mayor parte de los contagios, con 12 mil 88 de los 23 mil diagnósticos.
Este año, Quintana Roo no sólo encabeza la lista de esta enfermedad, sino que también presenta una de las tasas de incidencia más elevadas del país, con un aproximado de 557.8 casos por cada 100 mil habitantes.
Este nivel supera ampliamente el del estado vecino, que cuenta con 387.6, y el de Campeche, 373.4, lo que confirma la magnitud del problema sanitario en el estado, según autoridades de salud.
La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo.
Es una afección frecuente y, aunque suele ser leve, puede ser muy contagiosa dependiendo de su origen.
De acuerdo con Mijael Hernández, los tipos más comunes son la viral, la bacteriana y la alérgica, la primera, provocada por un microorganismo llamado adenovirus, el cual se asocia con resfriados, por lo que se considera altamente transmisible.
La bacteriana, causada por Staphylococcus aureus o Streptococcus pneumoniae, produce secreciones espesas y también se transmite con facilidad. La alérgica, por su parte, no es infeccioso y suele estar relacionada con pelo de animales, acompañándose de síntomas como picazón intensa y lagrimeo.

En la temporada de calor, como la que atraviesa actualmente la región, los casos tienden a aumentar por diversos factores.
El uso frecuente de piscinas, sobre todo si no cuentan con una adecuada desinfección y limpieza, facilita la transmisión de la forma viral o bacteriana.
También influye el incremento de alergias por polen y polvo, el mayor contacto interpersonal durante vacaciones y actividades grupales, así como la exposición prolongada al sol, así como al viento, que irrita los ojos y los vuelve más vulnerables.
Otro dato relevante es la distribución por sexo, ya que las mujeres representan aproximadamente el 54% de los contagios registrados en la entidad, una tendencia que se repite en toda la región peninsular.
El médico concluyó que este patrón podría estar relacionado con una mayor exposición en entornos domésticos y laborales donde el contacto cercano es constante, así como con una mayor disposición de las féminas a buscar atención médica, lo que incrementa el registro de casos.
Para prevenir la enfermedad en verano, se recomienda utilizar gafas de natación en piscinas, evitar tocarse los ojos con las manos sucias, no compartir toallas, cosméticos o gotas oftálmicas y proteger la vista con gafas de sol para reducir la exposición a polvo, viento y radiación solar.
Hernández precisó que la conjuntivitis puede originarse por infección bacteriana o reacción alérgica, y que en la temporada de calor las condiciones son más propicias para ambas.
Añadió que la humedad elevada, la falta de higiene y el préstamo de lentes son factores que contribuyen a la propagación, mientras que las piscinas mal cloradas representan un foco de contagio recurrente, por lo que recomendó revisar estos lugares antes de hacer uso de ellos.