
En la zona norte de Cancún se bombean 185 millones de litros diarios de agua, de los cuales se desperdicia el 45%, lo que representa 83 millones 250 mil que desaparecen por motivos de una mala infraestructura y operación.
En promedio, un habitante ocupa cada semana 160 litros de agua para bañarse y 10 más con el objetivo de lavarse los dientes, establece un estudio publicado recientemente por la Universidad de McMaster en Hamilton, Canadá.
La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), afirmó que existe suficiente líquido en los mantos acuíferos de Quintana Roo, lo que les compete es garantizar la calidad.
De acuerdo con el estudio, en Cancún, como en el resto de Quintana Roo, el 70% del agua se lo lleva el sector servicios. El turismo masivo causa un gasto desmesurado, ya que se estima que, en varios destinos, un visitante consume entre cinco y siete veces más que la población local.
Precisó que en el caso de la Península de Yucatán y en particular de Quintana Roo, la disponibilidad del agua aparentemente no es un tema de preocupación, debido a que existe el recurso en grandes cantidades en el subsuelo. Sin embargo, la calidad se ha visto disminuida y la mayor preocupación estriba en que es un recurso que permite conservar el medio ambiente, las playas y costas, que son el principal producto de venta en el mercado turístico internacional.
El estudio precisa que el desarrollo turístico intensivo del estado está provocando la contaminación de sus acuíferos lo que, a su vez, repercute en los ecosistemas marinos.
Para la organización Amigos de Sian Ka’an, la contaminación de los mantos acuíferos es una situación grave, la cual se agudiza en Cancún por el acelerado crecimiento poblacional que propició el desarrollo turístico.
Gonzalo Merediz Alonso, director ejecutivo de la agrupación, sostuvo que el tema del agua debería ser prioritario en Quintana Roo y agrega que este es quizá el principal problema en materia ambiental en la localidad.

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La calidad del recurso natural en Cancún está en riesgo por la creciente contaminación a la que son sometidos los mantos freáticos a través de diversas fuentes. El principal es el agua residual, que se genera por la infraestructura hotelera y el crecimiento urbano. Anualmente, se contaminan aproximadamente 400 millones de metros cúbicos por parte de la industria turística, contra 200 millones del sector público urbano.
Investigadores alertaron del riesgo de contaminación del agua porque no hay una cobertura total de drenaje ni plantas suficientes para tratar las residuales que se generan en Cancún.
En términos de contaminación, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se registra un problema real en la entidad; sólo el 30% de las residuales que se generan son tratadas, mientras el 70 por ciento sin procesamiento se va a cenotes, lagunas, ríos subterráneos o al mar.
El estudio precisó que los campos de golf son en realidad otra forma de monocultivo que implica la importación de suelo y pastos exóticos, los que, para mantenerse perfectamente verdes, requieren de fertilizantes químicos, pesticidas, maquinaria y mucha agua.
Los campos de golf se instalan en terrenos antes dedicados a la agricultura o deforestados para ese propósito y los daños ambientales que provocan incluyen destrucción de la biodiversidad, agotamiento del agua, contaminación tóxica del suelo y subterráneas. Una unidad de 18 hoyos puede consumir más de 2,3 millones de litros diarios, ejemplifica el informe.