
En lo que va del 2025, Quintana Roo ha acumulado 88 casos de giardiasis, un incremento del 51.7 por ciento, respecto a los 58 reportados en 2024; la mayoría de los casos corresponden a mujeres, con 52 registros.
A nivel peninsular, la entidad ocupa el segundo lugar, detrás de Yucatán, que contabiliza 174 casos, también al alza frente a los 108 del año pasado.
La giardiasis es una infección intestinal causada por el parásito Giardia lamblia, que se transmite principalmente por consumir agua o alimentos contaminados; sus síntomas incluyen diarrea, dolor abdominal, náuseas y pérdida de peso.

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Según el médico Mijael Hernández, el aumento observado en la entidad puede explicarse por una combinación de factores ligados a la transmisión fecal-oral, la presencia de fuentes de agua superficiales o bien tratadas de forma insuficiente, la manipulación de alimentos en condiciones de higiene precaria, y la circulación de personas, incluido el flujo turístico, que favorece la detección de casos y la transmisión en entornos recreativos y de servicios.
Adicionalmente, fallas en la recolección y tratamiento de aguas residuales y episodios de suministro irregular del líquido potable obligan a muchos hogares a recurrir a fuentes alternativas (pozos, garrafones no verificados, cenotes sin control), lo que eleva el riesgo de ingestión de quistes de Giardia.
Aunque en el periodo referido las mujeres concentran la mayor parte de los casos reportados, la giardiasis afecta con especial frecuencia a niños y a personas en entornos colectivos (guarderías, escuelas, centros de trabajo con comedores), por la mayor probabilidad de contacto cercano y de transmisión por manos y superficies contaminadas. Las condiciones climáticas cálidas y la estacionalidad de las actividades recreativas vinculadas al agua también influyen en los picos de notificación; por ello, la proporción por sexo y edad puede variar según los focos de transmisión locales.

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El diagnóstico se realiza, preferentemente, por pruebas de laboratorio, microscopía seriada de heces y pruebas de antígeno en heces, que aumentan la sensibilidad; en contextos clínicos se valora el tratamiento empírico cuando la sospecha es alta y el resultado demora.
Recomendaciones
El experto reveló que la indicación de tratamiento debe acompañarse de medidas para evitar la reinfección en el hogar (higiene de manos, desinfección de superficies, garantizar agua potable) y del seguimiento clínico hasta la resolución de los síntomas.
Para la población general, las recomendaciones prácticas son claras y aplicables de inmediato, consumir agua embotellada certificada o agua potable hervida cuando exista duda sobre la calidad; evitar hielo de procedencia desconocida; lavar y pelar frutas y verduras cuando no se pueda garantizar su lavado seguro; lavarse las manos con frecuencia, sobre todo después de ir al baño y antes de preparar alimentos; y no tragar agua al nadar en albercas, ríos, lagunas o cenotes que no estén debidamente tratados.