
Comerciantes del mercado Chetumalito, en la Supermanzana 67, señalaron el abandono del recinto. De los 65 locales disponibles, sólo 21 permanecen abiertos, lo que representa apenas el 32% del total. La mayoría ha cerrado debido a la presencia constante de personas en estado de ebriedad, la falta de mantenimiento e incluso cobros de “derecho de piso”, que han ahuyentado a los locatarios.
Durante un recorrido por el sitio, se constató el evidente deterioro con el paso de los años. A simple vista, se observan cortinas metálicas cerradas y oxidadas, algunas de ellas vandalizadas con grafitis. Los pasillos del mercado, que alguna vez tuvieron vida y movimiento, hoy lucen agrietados, sucios y con basura acumulada.

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Locatarios que aún se mantienen en el lugar aseguraron que el abandono generó un efecto dominó que ha derivado en la pérdida de clientela. Uno de los principales motivos por los que las personas han dejado de acudir es la presencia constante de personas en situación de calle o bajo los efectos del alcohol, quienes se han apropiado de los pasillos y accesos del mercado. Algunos incluso pernoctan en el sitio; tienen colchones, cobijas y otros objetos que evidencian una especie de vivienda improvisada.
Los comerciantes señalaron que han reportado esta situación en múltiples ocasiones a las autoridades correspondientes, solicitando su intervención. Si bien las patrullas acuden de vez en cuando y retiran a estas personas, al poco tiempo regresan, haciendo que los locatarios se sientan desprotegidos y en un estado de constante hostigamiento.

Otro de los factores que ha agravado la situación es el clima de inseguridad, ya que, de acuerdo con testimonios recabados en el lugar, se han registrado asaltos y, en algunos casos, hechos violentos más graves. Esto ha generado una percepción generalizada de que la Supermanzana 67 es una zona de alto riesgo, lo cual disuade tanto a clientes como a nuevos comerciantes de abrir negocios en el mercado.
Una situación especialmente delicada es la del “cobro de piso”, una práctica que ha tomado fuerza en los últimos años y que ha sido determinante para el cierre de varios locales. Según información recabada, a varios comerciantes se les exigía una cuota semanal que iba desde los 500 hasta los mil pesos.

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Para muchos de ellos, que apenas alcanzaban a cubrir sus propios gastos, esta carga extra fue insostenible. Tener que entregar parte de sus ingresos semanales sin recibir garantías de seguridad o respaldo terminó por ahuyentar a más de uno.
El abandono gubernamental no es nuevo. Locatarios recordaron que, tras el paso del Huracán “Wilma”, parte del techo del mercado colapsó y, pese a que se solicitó apoyo oficial para su rehabilitación, la respuesta fue negativa.
Ante la falta de ayuda, los mismos comerciantes tuvieron que organizarse y reunir dinero para reparar el daño por su cuenta. Esta experiencia, sumada a la indiferencia institucional ante los problemas actuales, ha dejado una sensación de frustración y abandono en quienes aún apuestan por mantener activo el Chetumalito.