Tres negocios situados en la Calzada Centenario, con el cruzamiento de la avenida Flamboyanes, reportaron un descenso en sus ventas a raíz de una fuga de agua que el personal de CAPA no ha querido atender desde el inicio de octubre, pese a los constantes reportes por parte de los ciudadanos. Dada la indiferencia de CAPA, los afectados temen que el problema se prolongue y afecte sus ingresos económicos hasta a fin de mes.
Así pues, la propietaria de un puesto de desayunos señaló que el charco ha impedido que sus clientes accedan a su negocio como de costumbre, puesto que el local se caracterizaba por recibir a la clientela de manera diaria.
No obstante, con la presencia del enorme charco, la locataria presenció una disminución en su venta, de manera que pasó de vender 25 vasos de café de olla, a diario, a no vender ninguno.
La agraviada señaló que realizó los reportes de manera puntual desde el 7 de octubre, cuando la fuga fue visible para los ciudadanos, no obstante, desde el día 1 de octubre el tramo comenzó a presentar ligeros encharcamientos, hasta que el desperfecto empeoró, debido a que el personal de CAPA no ha rehabilitado la tubería rota:
“A mí negocio le ha afectado. Vendo café de ollas en las mañanas, y no he tenido ventas por esto. Ya le tomé fotos, ya lo reportamos, ya lo subimos a Facebook y no siguen sin hacer caso. No he vendido ni un solo café”, señaló una locataria.
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En ese aspecto, un locatario que se dedica a la reparación de neumáticos indicó que un total de 8 vecinos realizaron los respectivos reportes. No obstante, el personal de CAPA solo les brindó un número de seguimiento, el cual mantienen sin atender, por lo que los ciudadanos consideraron esto como una burla:
“Ya lo denunciamos como 8 veces y nomás no nos hacen caso. Mis clientes no vienen, no quieren ensuciar sus autos y es entendible, hay un lodazal y es hasta doble trabajo para mí, porque yo tengo que quitar la suciedad de los neumáticos antes de repararlos”, puntualizó el agraviado.
Por otra parte, el dueño de un local de fiestas mencionó que el desperfecto genera una mala imagen para su negocio. Muchos de sus clientes se exponen a ensuciarse de lodo cuando intentan acceder al salón, por lo que prefieren cambiar de locación o considerar en rentar el sitio.
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Finalmente, los agraviados exhortaron a las autoridades tomar cartas en el asunto, pues temen que sus ingresos continúen disminuyendo a costa del desinterés de CAPA.
