Productores locales y el programa "Sembrando Vida" establecen sistemas agroforestales en comunidades beneficiadas a fin de diversificar los ingresos de las familias rurales, reactivando el cultivo y la comercialización del achiote (Bixa orellana).
Esta iniciativa busca no solo cubrir el déficit actual de este insumo en la gastronomía regional, sino también posicionar a las comunidades como referentes de exportación local ante la demanda peninsular y porque no pensar a empresas químicas y cosméticas, señala Olegario Canul, presidente de los Centros de Aprendizaje Campesino (CAC) de "Sembrando Vida".
Noticia Destacada
Productores de Lázaro Cárdenas rematan miel ante la falta de apoyo
La estrategia responde a la necesidad de estabilizar los precios de este producto, que actualmente oscila entre los 50 y 55 pesos por kilogramo en venta directa, según datos proporcionados por la dirigencia del programa y representantes de los sistemas agroforestales.
Durante décadas, la producción de achiote en zonas como Kantunilkín sufrió un estancamiento derivado de la falta de canales de comercialización y el cambio hacia monocultivos menos laboriosos.
Sin embargo, el panorama ha dado un giro de 180 grados, bajo el esquema de sistemas agroforestales, se han distribuido millones de plantas que hoy ya rinden frutos en las parcelas de los beneficiarios del programa.
Olegario Canul explicó que el proceso de retomar este cultivo es una respuesta directa a la demanda del mercado, "Cada grupo de Sembrando Vida en nuestra región tiene ya producción activa en sus parcelas, en lugares donde se había dejado de sembrar, como Kantunilkín, estamos volviendo a las raíces porque el mercado así lo exige.
El achiote es el alma de la cocina yucateca y del sureste mexicano, sin él, platillos emblemáticos como la cochinita pibil, los tamales y los escabeches perderían su coloración característica y su perfil de sabor único, actualmente, la demanda local supera con frecuencia a la oferta, lo que obliga a los comerciantes a importar pasta de achiote de otras regiones, a veces de menor calidad o con exceso de colorantes artificiales.
La producción actual se enfoca en entregar un producto puro que pueda ser transformado en:
Semilla seca, para venta a granel, pastas artesanales, siguiendo recetas tradicionales de molienda.
A pesar del entusiasmo y la creciente producción, los agricultores enfrentan el reto de la logística, Canul subrayó que el siguiente paso crucial es la instalación de un centro de acopio a nivel estatal.
Noticia Destacada
Frente Frío 13 amenaza la producción apícola en Lázaro Cárdenas
Este centro permitiría estandarizar la calidad del producto, centralizar el volumen de carga para negociar mejores precios con grandes compradores, por lo pronto, se está comercializando de manera local con gran éxito, vendiéndose entre 50 y 55 pesos el kilo. Pero con un centro de acopio, el programa podría escalar a una fase de procesamiento donde no solo vendamos la semilla, sino el valor agregado del derivado", señaló Canul.
Para el productor promedio, el achiote no llega a sustituir al maíz o al frijol, sino que se integra en una triada de seguridad financiera, al ser un cultivo perenne que requiere cuidados específicos pero constantes, permite al campesino tener una "caja chica" o un ingreso extra mientras se cumplen los ciclos de los granos básicos.